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Partidazo de cabo a rabo. Ganó, gustó, deleitó. Solo le faltó golear. Junior le dio un baile a Santa Fe, lo venció 2-0 y armó una gran fiesta en el Metropolitano, este sábado, en la cuarta fecha de la Liga II.

Las 28.798 personas que ingresaron al estadio, según el reporte oficial de asistencia del club, se fueron extasiados y felices con el buen fútbol, con la victoria, con el ansiado debut de un Carlos Bacca en modo asistidor, con el arco en cero en el partido 600 de Sebastián Viera y con la anotación preciosa de Nelson Deossa.

Ese antológico gol del volante zurdo al minuto 69, un misil de larga distancia que pasó raudo y arriba por el lado izquierdo de Leandro Castellanos, fue una de las pinturas que los dirigidos por Juan Cruz Real plasmaron sobre el gramado del ‘Metro’. Sirvió para maravillar a la hinchada y para sentenciar el juego, que se había empezado ganando con un cabezazo oportuno de Carmelo Valencia, a los 25.

Junior fue tsunami en el primer tiempo y casi todo el partido. Se le fue encima al Santa Fe de forma incesante, con hambre, con agresividad, con la actitud que se requiere para presionar y someter a un rival.

Empujados desde el banco por un Juan Cruz Real imparable, más activo y regañón que de costumbre (ni a los recogebolas les perdonaba un parpadeo), los rojiblancos nunca bajaron los brazos y dominaron de principio a fin a los visitantes, que se veían superados por Wálmer Pacheco y Fredy Hinestroza por los costados y por la movilidad desde el centro de ‘Cariaco’ González y Fabián Sambueza, quienes casi siempre recibían desmarcados y avanzaban elaborando jugadas.

El argentino y el venezolano estaban eléctricos y desquilibrantes. Todo el colectivo.

Los ‘Tiburones’ salieron a comerse vivos a los ‘Cardenales’ con determinación y con claridad. Todos estaban enchufados en su respectiva labor. El equipo fue una máquina aceitada más allá de una imprecisión de César Haydar que generó susto en el arco de Sebastián Viera. Un exceso de confianza que en nada opacó la buena labor del zaguero atlanticense en su regreso.