El tiquete más preciado de los junioristas generó de todo. Cuando se supo que el rival del Junior en la final era el América de Cali, muchos cambiaron las camas por el piso, otros prefirieron madrugar, mientras que algunos sí esperaron a que saliera el sol para ir a la cita con el boleto de la final.
Las largas filas eran de esperarse, por eso unos fueron preparados y mientras llegaba su turno se dedicaron a llenar crucigramas, otros se pusieron a recordar los momentos gloriosos del cuadro tiburón y algunos recurrieron a los canticos. Los empujones no faltaron, más de uno se escapó del trabajo, los estudiantes universitarios se echaron ‘la leva’, todo era válido pues el equipo de los amores estaba en una nueva final y no importaba soportar el fuerte sol de las 11 de la mañana o pasar un rato de hambre, lo importante era obtener la boleta para estar el domingo en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez y así asistir al juego de ida de la final de la Liga Águila II 2019.
Tener la boleta en las manos no fue fácil, la angustia se apoderó de más de uno cuando el único taquillero que atendía en el punto de venta del parqueadero del estadio Metropolitano informó que no habían boletas. La calma apareció en cuestión de minutos cuando empezaron a hacer recargas para los bonos.
A Jean Dereix, estudiante de mecánica dental, no lo preocupó la larga fila del punto de venta ubicado en el estanco fiesta de la Murillo. 'He estado en filas más largas comprando boletas. Salí rápido de la universidad y me vine hasta acá para comprar mi boleta', comentó el joven barranquillero.
Gabriel Cantillo salió empapado de sudor del puesto de Tuboleta en el Parque Washington. Llegó a las 4:30 de la madrugada y las boletas las tuvo en sus manos a la 1 de la tarde. No dejaba de sonreír y su felicidad era evidente.
'Todo el año he apoyado al Junior y no podía perderme este partido definitivo. Estas boletas fueron muy luchadas. Ahora ya las tengo aseguradas y estoy seguro que Junior va a ganar el domingo y va a pegar primero en este primer partido de la final', sostuvo el seguidor rojiblanco.
La Policía tuvo que intervenir en el puesto de Tuboleta en el Parque Washington porque algunos no respetaron las filas y se querían colar. Otro de los que salió contento después de cinco horas de espera fue Javier Vásquez, quien compró dos boletas de occidental. 'Al principio hubo un poco de desorden, empujones y los que no querían respetar los turnos, pero la Policía logró controlar la situación. Ya tengo mis boletas y voy a ir al estadio con mi hermano', apuntó el joven arquitecto.
Hasta el cierre de esta edición se habían vendido 31.812 boletas. Las localidades de norte, sur y oriental ya están agotadas.