En Curitiba pocos dudan de la victoria del Atlético Paranaense. En medio del silencio de esta tranquilla, limpia y ordenada ciudad, en la que rara vez se escucha la bocina de un automóvil, hay una expresión que siempre sale a flote cuando se habla del partido ante Junior en la final de la Copa Sudamericana, hoy en el estadio Arena da Baixada, a partir de las 6:45 p.m. (hora colombiana): '¡Gana Furacão!'.
Hay una fe ciega en el triunfo rojinegro entre los aficionados y periodistas brasileños. Flavio, reportero de Fox Sports, por ejemplo, asegura sin titubeos que 'Junior desperdició su oportunidad en Barranquilla y no tiene ninguna posibilidad de vencer al Paranaense aquí' en la ‘Caldeirão’ (caldera), como le llaman al escenario rojinegro por la candente presión que los 42 mil hinchas que caben ejercen sobre los rivales, ayudados por la acústica bulliciosa de un estadio con techo retráctil y tribunas a escasa distancia del campo de juego.
La mayoría argumenta que los rojiblancos se verán intimidados por el intenso y apasionado aliento que brinda la torcida local y por el desconocimiento que tiene de la cancha de grama sintética. Insisten en esos dos factores más allá de las fortalezas futbolísticas del ‘Huracán’.
Sin embargo, en el interior de Junior, que llegó el domingo en la mañana a la capital del estadio de Paraná, no se sienten inferiores y mucho menos vencidos. Los Tiburones tienen claro que es difícil imponerse en la casa del conjunto brasileño, que en el Torneo Brasileirao sumó 14 victorias, dos empates y solo dos derrotas, pero al mismo tiempo confían en sus propias virtudes, entienden que se trata de ‘o jogo mais’ importante en los 94 historia del club, y anuncian que lucharán con alma, vida y corazón por llevarse el trofeo continental para Colombia.
'En Uruguay y Europa se juega así, en otras partes de Suramérica hemos jugado en canchas así, muy cercanas a las tribunas, y hemos respondido bien. A nosotros eso nos da igual, sabemos que debemos rendir en la cancha. Cuando tenemos la gente al lado, a mí me gusta más. Por eso no hay problema', manifestó con plena convicción Sebastián Viera, capitán y líder rojiblanco.
Y tiene razón el uruguayo. No es la primera vez que el actual Junior jugará en un estadio lleno como visitante. A pesar de la juventud de varios de sus integrantes ya han tenido experiencias de este tipo en partidos cruciales en el Maracaná de Río, La Olla de Asunción, La Bombonera, el estadio de Colón, el estadio de Independiente y Estádio Ilha do Retiro, entre otros.
'A la hora de la verdad son once contra once en la cancha, nadie más va a entrar', expresó Luis Grau, asistente técnico de Julio Comesaña, que también le restó importancia a las condiciones de la cancha, la ventaja que genera cerrar la serie por el título de local y el favoritismo que le dan los brasileños al ‘Furacão’.