A lo lejos, en las afueras del gimnasio donde entrenó Junior en la mañana del lunes anterior, muy cerquita del hotel Radisson, donde se encuentra hospedado en Curitiba (Brasil), José María Pazo parece un miembro más del grupo de jugadores. Ya tiene 54 años de edad, pero el ahora entrenador de arqueros de Junior luce atlético y en forma casi que como en sus épocas de guardián estelar de la portería rojiblanca. 'Está igualito, no ha cambiado casi nada', comenta un periodista. Y es verdad, solo le falta la pañoleta en la cabeza.
José Pazo estuvo 'firme en ese arco', como dijo Rafael Orozco (q.e.p.d.) en el primer Cumbión de Junior, durante la mayor parte de la década del 90. Sus voladas de palo a palo ayudaron a bordar la tercera y cuarta estrella en el escudo tiburón en 1993 y 1995, respectivamente.
Además, quedó a un pasito, a un solo penalti, de avanzar a la final de la Copa Libertadores 1994 y vivir, junto a Alexis Mendoza, Luis Grau, Víctor Pacheco, Carlos Valderrama, Iván Valenciano y otros nombres de aquel maravilloso equipo, la emoción de jugar una final como la que están disfrutando en estos momentos sus dirigidos Sebastián Viera y José Luis Chunga.
'La vida y Dios le da a uno cosas interesantes, en el pasado como futbolista activo y ahora como jugador. Eso me pone contento. Estar en esta institución, con este grupo de trabajo y con este grupo de profesionales que esperamos puedan responder ante Atlético Paranaense', expresa el exguardameta oriundo de Valledupar.
Pensando en ese partido histórico, el más importante de la historia de Junior, Pazo ha venido trabajando con Viera y Chunga en todos los aspectos posibles. Considera que la experiencia del golero uruguayo le significará tranquilidad al equipo en medio de la presión que los hinchas del Furacao ejercerán en el estadio Arena da Braixada.
'Se van a escuchar algunos pitos, algunos petardos y una bulla, pero este equipo se encuentra curado de eso', opinó Pazo.
No obstante, comprende que el impulso de la afición del Atlético Paranaense no es un factor para mirar por encima del hombro.
Viera y Chunga 'son gallos jugados, pero no deja de ser una presión. Hay que recordarles que ellos tienen capacidad y por eso llegaron adonde llegaron, creemos en ellos y tenemos fe en que van a conseguir lo que vinimos a buscar a Brasil', dice Pazo.
El entrenador de arqueros vallenato aspira a que el equipo resuelva el partido a su favor durante los 90 minutos o en el alargue, pero por si acaso ya ensayó cobros desde el punto penal con sus pupilos.
Se han ensayado penales tanto a favor como en contra, esperemos, si llegamos a esa instancia, ser los vencedores', concluyó Pazo.