Parecía más cerca del retiro que de la gloria. Luis Narváez pasaba más tiempo en la banca que en la cancha. El volante barranquillero de 34 años veía como Leonardo Pico, Víctor Cantillo, James Sánchez y, por momentos, Sebastián Hernández nunca dejaban espacio en el mediocampo de Junior. De ser uno de los soldados favoritos de Julio Avelino Comesaña pasó a convertirse en uno más del pelotón que jugaba esporádicamente y más que todo con el equipo B.
Sin embargo, el discreto desempeño de Pico en la última etapa de la temporada, y el gran partido que Narváez jugó en la ida de la semifinal de la Copa Sudamericana ante Santa Fe, donde reforzó el juego aéreo, impuso su carácter, mostró firmeza, aportó experiencia y hasta fantasía, con aquel pase ‘a lo Ronaldinho’ para el gol de Teófilo Gutiérrez en la victoria 2-0 en Bogotá, le abrieron de nuevo las puertas en el onceno estelar.
A partir de ese cotejo, que fue la cuota inicial para llegar a la final del torneo continental, Narváez recuperó su protagonismo con la camiseta rojiblanca. El volante de marca barranquillero, con 34 años de edad, y ocho temporadas en el cuadro currambero, ya sabe perfectamente lo que significa jugar un partido crucial con la camiseta rojiblanca. De hecho, ahora ante Medellín y Atlético Paranaense completará con el cuadro tiburón su décima serie por un título. Ya disputó cuatro de Liga (2011 II, 2014 I, 2015 II, 2016 I), tres de Copa (2015, 2016, 2017) y una Superliga (2012). Levantó tres trofeos y perdió cinco.
-- ¿Es usted el señor de las finales?- le pregunta EL HERALDO Narváez.
–'Jeje… No sé, eso lo tienen que decir ustedes. Eso me dice la gente y los compañeros, pero yo estoy tranquilo- dice risueño.
‘Lucho’ disfruta este momento histórico de la posibilidad de una doble corona, pero la veteranía le indica que debe tomar las cosas con calma. 'Los años te van dando cosas, ganas mesura, hemos perdido finales por pasarnos de euforia, tenemos que estar con mesura todos porque nos estamos jugando cosas importantes'.
Narváez, Sebastián Viera, José Luis Chunga y Luis Carlos Ruiz son los únicos ‘sobrevivientes’ del plantel que se coronó campeón de Liga en 2011 ante Once Caldas. Fue el último título tiburón en el principal torneo local. El mediocampista del barrio El Bosque piensa que esa gloria se puede revalidar ahora en 2018 con el poderoso aliento del público barranquillero que se sintió en todo su esplendor ante Santa Fe, el pasado jueves.
'Nosotros sabemos cómo es nuestra gente, el barranquillero es muy eufórico. Ante Santa Fe sentimos eso, eso da un plus, si estás agotado te dan más ganas de correr con toda esa gente que te está alentando y está feliz porque estás luchando, porque estás metiendo. Queremos darles una felicidad a ellos. Ahora hay que descansar de la mejor manera para lograr lo que queremos'.
Pero más allá del respaldo del ‘jugador número 12’, Narváez confía en el estilo de juego de Junior y en la capacidad que tiene afrontar los partidos con frac y overol. 'El futbol es de eso, son pocos los equipos que tienen esas dos facetas, nosotros podemos jugar bien al fútbol y demostramos que también sabemos meter. Este es un trabajo del cuerpo técnico y de todos nosotros que nos hemos acoplado a eso', puntualiza.