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No fue la noche de Patricio Loustau. El árbitro argentino se enredó solo en el juego de vuelta de la semifinal de la Copa Sudamericana. Frenó el encuentro a punta de tarjetas, muchas injustas, y terminó perjudicando al Junior con sus decisiones y su pésimo manejo del compromiso.

De entrada permitió el juego fuerte de Santa Fe, que anoche entró al gramado del ‘Metro’ con una sola intención: golpear, raspar, provocar y buscar, con mala intención, la reacción de los jugadores locales. Sin fútbol, el ‘León’ apeló a la pierna fuerte con la complacencia de un árbitro que poco o nada hacía para frenar la embestida visitante.

Acertó apelando al VAR para hacer valer el gol de ‘Teo’, que abrió el camino del triunfo, pero luego no lo utilizó, o más bien, no le hizo caso al video arbitraje, en la tarjeta roja injusta que le muestra al mismo delantero barranquillero, que ni siquiera impacta el rostro del jugador de Santa Fe, en un supuesto codazo. Pudo más el orgullo y la soberbia arbitral que la tecnología.

El show del árbitro argentino no terminó ahí. Luego expulsa al lateral Gabriel Fuentes, al que amonestó injustamente en el inicio del juego. Si bien la segunda amarilla puede tomarse como bien aplicada e infantil, pudo darle un mejor manejo a la situación, porque no hubo agresión y el jugador, en ese intento por evitar un saque de banda, no corta ninguna acción ofensiva del rival.

Luego trata de compensar con la primera expulsión a Santa Fe. Si bien Arley Rodríguez toca al jugador en el área, no era una acción que ameritara la tarjeta directa. Y por último, acierta en la roja a Guastavino, que abusó la fuerza para cortar un rechazo en el área del Junior.

Triste arbitraje. Loustau, con sus pésimas decisiones, obligó al Junior a realizar un esfuerzo mayor, jugando con nueve hombres gran parte del compromiso.