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Hubo final feliz. Después de algo de angustia, suspenso y drama (más que todo por lo impredecible del fútbol que por la peligrosidad del adversario) Junior igualó 0-0 ante Guaraní de Paraguay, en el estadio Defensores del Chaco, y avanzó a la fase de grupos de la Copa Libertadores de América por su triunfo 1-0 en el partido de ida en Barranquilla.

Los rojiblancos controlaron al rival lejos del pórtico del arquero Sebastián Viera y redondearon el tiquete al grupo 8, donde se las verán con Boca Juniors (Argentina), Palmeiras (Brasil) y Alianza Lima (Perú).

Los Tiburones estuvieron a punto de conseguir un par de goles que le habrían ahorrado unos padrenuestros, unas cruzadas de dedos y algunas uñas en la agonía del juego, pero la falta de precisión en el último cuarto de cancha dio al traste con ese objetivo.

Luis Carlos Ruiz y Yimmi Chará tuvieron opciones de gol muy claras que no pudieron aprovechar. Se presentaron en el segundo tiempo, cuando ya el cuadro local se veía desesperado e impotente ante la imposibilidad de crear real riesgo en el arco visitante.

Guaraní careció de argumentos futbolísticos para superar a los dirigidos por Alexis Mendoza. Los pelotazos y los cobros de pelota quieta eran la única vía que hallaron para tratar de acercarse a predios de Viera.

En el primer tiempo, a Junior le costó manejar la pelota. Se presentaron algunos titubeos al tratar de salir con el balón dominado y se cometieron algunas faltas innecesarias.

En el segundo período, el Tiburón ingresó al campo de juego con mayor cabeza fría y encontró mayores espacios para explotar el fútbol de González, Chará, Ruiz y Teófilo. Se vio mayor armonía en el toque y en el contragolpe, solo faltó matar al momento de la estocada final, pero, de todas formas, se logró el primer objetivo del semestre.