*Enviado especial
No es fácil volver a jugar luego de nueve meses de incapacidad por lesión y menos en un partido de esta magnitud, ante un rival de peso como el Cerro Porteño y en una plaza complicada como la ‘Nueva Olla’. Por eso, al término del juego, las lágrimas se apoderaron de rostro Luis Narváez, la gran figura del Junior, el pasado martes, en Asunción.
'Con Narváez me voy a la guerra', le dijo Julio Comesaña a EL HERALDO días previos al compromiso. Y el volante una vez más respondió a esa confianza, volviendo a lo grande, brindándole fuerza, garra y coraje al mediocampo rojiblanco en el ‘templo’ azulgrana.
'Terminé feliz, entre lágrimas, porque todos mis compañeros me felicitaron al final del juego. Muchos de ellos no se esperaban mi titularidad. La confianza del profe fue muy importante para mí y esto se lo debo a él, a Iván Romero, que es el kinesiólogo que estuvo conmigo en estos largos nueve meses de recuperación, a mi familia, que siempre ha estado ahí para apoyarme, para animarme', afirmó Narváez.
'Era un partido importante para mí, porque quería demostrarme a mí mismo que aún tengo mucho fútbol para darle a este equipo. Estoy feliz por el resultado y porque volví a jugar 90 minutos. Ponerme esta camiseta es lo más lindo que hay, por eso siempre juego con ganas y dejo el alma en la cancha. Esta camiseta es lo más lindo que tiene Colombia', agregó el barranquillero con voz entrecortada.
Narváez confía mucho en su fútbol y en lo que puede aportarle al equipo, independiente del momento. No se arruga en partidos importantes y ante Cerro Porteño volvió demostrar de qué está hecho.
'Siempre he dicho que a mí me gustan esta clase de partidos y lo más lindo es que la gente en Barranquilla lo sabe. En finales, en partidos importantes, siempre me ha ido bien, porque tengo garra y un corazón muy grande, y cuando me pongo esta camiseta dejo el alma. Eso es muy importante para un jugador', manifestó el mediocampista, que salió a la cancha con la convicción de que sí podía responder a la confianza que le estaba dando el técnico Julio Comesaña en un partido de este calibre.
'El profe Comesaña apostó por mí y no lo defraudé. Confieso que eso me tenía un poco cabezón horas previas al juego (risas), porque no quería defraudarlo. Sé que es una persona transparente, que quiere mucho a este equipo. Le agradezco a él y a todos los que me ayudaron en mi recuperación', cuenta.
Narváez fue felicitado por todos. El volante barranquillero fue el gran protagonista en el empate 0-0 y al final compañeros y rivales reconocieron su trabajo.
'Me llena de emoción y satisfacción las palabras del profe y de mis compañeros luego del partido, incluso la de los jugadores de Cerro que también me felicitaron. Después de nueve meses es difícil volver, hay que tener personalidad.
Además ya uno tiene 33 años y la gente puede pensar que estoy acabado, pero no, aquí estoy, listo para aportar cuando me necesiten, como siempre lo he hecho. Gracias a Dios me salieron bien las cosas en Asunción', dijo.
Narváez tiene claro que la serie aún no está definida y que para poder lograr la clasificación a cuartos hay que hacer un partido mucho más completo en Barranquilla.
'Aún no hemos ganado nada. A mis compañeros les he recalcado que quedan 90 minutos y en Barranquilla tenemos que salir a jugar con más personalidad, concentrados y con la misma actitud, porque el fútbol es jodido y este rival es peligroso. En nuestra casa hay que tener la pelota, como lo sabemos hacer, y marcar los goles que nos faltaron acá para poder lograr la anhelada clasificación. Ya demostramos que tenemos equipo para poder pelear lo que nos propongamos', concluyó.