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Junior no solo tiene contentos a sus hinchas y directivos. Los que también ‘bailan en un solo pie’, disfrutando la exitosa campaña del equipo son lo comerciantes informales de la ciudad, que como se dice en el argot comercial ‘están viviendo su agosto’. Literal.

Líder en la Liga y muy bien en las copas, Junior ha generado el consumo masivo de productos relacionados con el club. Anillos y mangas para mototaxistas son algunos de los artículos curiosos que se pueden adquirir en esta Juniormanía.

Entre las 8 y 8:30 de la mañana en el Centro, al ruido de buses, taxis y vehículos particulares, se suma el concierto de vendedores pregonando desde temprano su mercancía juniorista. En los negocios predomina el rojiblanco, que rompe las tonalidades suaves del amanecer: son las barras que le dan vida a la tradicional camiseta de ¡tu papá!, el equipo que impone la moda en el balompié colombiano.

'Los vendedores de la carrera 44 tuvimos un primer semestre malo con respecto a la venta de objetos de Junior. Si se vendía una camiseta a la semana era mucho', dijo Gilberto López, que hace 10 años trabaja en el Centro.

'Cuando vimos que firmaron a Teo Gutiérrez y Yimmi Chará nos pusimos las pilas. La experiencia nos dice cuándo meterle plata al negocio y este era el momento', comentó José Luis Mendoza, de 50 años, propietario de una chaza en la 44 hace tres décadas.

Hay para todos los gustos, la camiseta tradicional actual y las de años pasados, alternativas, modificadas, con imágenes de Teo y/o Chará, en fin, de todo. Lo curioso de esta variedad tiene argumentos impensados.

'Siempre está el cliente de gustos exóticos. Hace unos días vino un señor a comprar una camiseta y casi que no le vendo, quería una que tuviera el logo de Águila y no de Olímpica', agregó Mendoza.

Según comerciantes del Centro, en promedio cada chaza vende de 20 a 30 camisetas a la semana, teniendo como día ‘caliente’ el sábado. Los precios de la rojiblanca oscilan entre 18 y 30 mil pesos, según talla, calidad 'y el porcino'.