No hay partido entre el Junior y el Barranquilla FC en el que los ‘rojos de Curramba’ no dejen hasta última gota de sudor en el campo. Pasó en el primer duelo entre ambos equipos, en la fase de grupos de la Copa Águila 2017 —Junior se impuso 2-1—, y volvió a pasar la noche de este miércoles, en el estadio Metropolitano, donde protagonizaron un reñido empate 2-2.
El equipo de Julio Comesaña sufrió para meterse al juego. La entrega y el buen planteamiento del rival pusieron en apuros a un equipo rojiblanco desganado, perdido, absorbido, que poco peligro generaba en el arco del arquero Sergio Pabón.
Un cabezazo certero del juvenil Juan Sebastián Herrera hizo justicia en el marcador desde bien temprano (1-0) y ayudó a que el Barranquilla FC se tomara más confianza y tuteara a su hermano mayor, que no reaccionaba a pesar del golpe recibido.
No era, para nada, una lucha entre David y Goliat, como era de esperarse. A pesar de que Junior tenía una nómina mucho más nómina experimentada en el campo se veía inferior, no solo en lo futbolístico, también en lo mental. Les costaba ingresar al área rival, generar peligro, superar los duelos personales, inquietar al arquero Pabón, todo.
La segunda parte mostró más de lo mismo. El Barranquilla FC jugándose un partido a parte y un Junior que no quería saber nada del partido, o por lo menos eso se veía en el campo.
Pero todo cambió de un momento a otro. Junior no mejoró en lo futbolístico pero sí contó con la suerte del gol, que llegó a través de la media distancia. Primero en los pies del defensor Jonathan Ávila y luego a través del argentino Bernardo Cuesta. Dos golazos para remontar parcialmente el marcador.
Pero el Barranquilla no contemplaba la tarea de rendirse y cuando todos daban como ganador al Junior, Homer Martínez aprovechó un error de la zaga rojiblanca para decretar el 2-2 final.