Que el frío, que el viento, que Montevideo Wanderers juega un fútbol vistoso, que el mal momento del equipo ‘Tiburón’, nada de eso perjudicó al Junior esta noche, en el estadio Luis Franzini de la capital uruguaya, en el juego ante el onceno charrúa, en el duelo de ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana 2016. El conjunto currambero superó todas esas adversidades y consiguió un valioso punto, gracias al empate 0-0 ante el cuadro bohemio.
El equipo de Giovanni Hernández sigue invicto en el torneo continental y se ilusiona con llegar a los cuartos de final. La serie está abierta, pero los rojiblancos rematarán en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, en donde esperan sellar la llave y continuar derecho en este certamen.
Junior no fue un equipo temeroso en Montevideo. En los primeros minutos estudió a su rival, que tomó la iniciativa por ser local. Pero el equipo rojiblanco estuvo bien parado en el fondo y supo responder cuando Wanderers lo atacó.
Poco a poco, el ‘Tiburón’ fue adelantando sus líneas, se tomó confianza y, por la banda izquierda, custodiada por Germán Gutiérrez, comenzó a salir y a profundizar su juego.
En el medio campo se destacó la personalidad que volvió a mostrar el joven Enrique Serje, a quien Giovanni Hernández le dio la oportunidad de regresar a la titular. El estudiante de medicina mostró temperamento y supo filtrar balones. Algunas veces se excedió en fuerza y fue amonestado.
Con toques de primera intención y visión de juego, los rojiblancos empezaron a crear opciones. Yony González tuvo una clara, pero después de ganarle la posición al defensa no supo definir cuando intentó eludir al cancerbero.
Ovelar también hizo su aporte, presionó arriba, aguantó bien al balón y se atrevió a hacer jugadas individuales que generaron peligro. Los Hernández, Vladimir y Sebastián, se asociaron por momentos y el fútbol de Junior creció por momentos.
Wanderers no generó mayores jugadas de riesgo y cuando se aproximó encontró bien parado a Deivy Balanta y a Alexis Pérez. El cuadro barranquillero fue un equipo organizado, que si bien no llegó con continuidad, supo jugar con inteligencia, mantuvo el equilibrio y así controló los primeros 45 minutos, donde generó opciones más claras que el rival.
La actitud del ‘Tiburón’ para la etapa final fue la misma. Wanderers salió un poco más decidido, pero mostró más ganas que fútbol. No tuvo mayor peso ofensivo, mientras que el equipo rojiblanco siguió ordenado, bien parado y presionando. En ningún momento se escondió, su estilo no lo cambió, profundizó un poco con Yony González, que con fuerza puso en aprietos a los locales, que ni por la vía del juego aéreo pudieron descifrar el esquema rojiblanco.
Los dirigidos por Giovanni Hernández atacaron poco, pero cuando lo hicieron generaron opciones claras, como la de Roberto Ovelar, que desperdició una llegada increíble sobre el final del compromiso. El delantero paraguayo, de frente con el portero, trastabilló al momento de definir. Era un gol cantado, pero el ‘Búfalo’ perdonó a los charrúas.
Junior no se arrugó ante Montevideo Wanderers y espera dar la estocada final la próxima semana ante su gente.