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Otra vez la violencia. De nuevo la irracionalidad. Vuelve y juega la barbarie. La final de la Copa Colombia se manchó de sangre con la terrible batalla campal que protagonizaron los hinchas del Atlético Nacional y el Deportivo Independiente Medellín, este miércoles en el estadio Atanasio Girardot, tras la conclusión del partido que ganaron 1-0 los verdes y que les significó quedarse con el máximo galardón del torneo.

Andrés Román anotó en el primer tiempo el único tanto del partido. Fue suficiente la mínima diferencia en el compromiso de vuelta porque en el de ida habían empatado 0-0.

Segundos antes de que el árbitro Wílmar Roldán diera el pitazo final, los barristas del ‘Poderoso’ empezaron a reaccionar violentamente ante una nueva frustración deportiva de su equipo, y esta vez ante el rival de toda la vida.

Los seguidores rojos saltaron de la tribuna norte hacia el campo para tirar las vallas, lanzar pólvora y generar caos.

Los fanáticos verdes, que festejaban con sus jugadores la conquista de una nueva copa, vieron la revolución y también se fueron raudos a la cancha, la cual se convirtió en un peligroso escenario en el que puños, patadas, palazos, puñaladas y todo tipo de agresiones empezaron a brotar entre las hinchadas.

Ante el panorama manchado de sangre, los jugadores se marcharon a sus camerinos y la premiación se tuvo que suspender hasta que evacuaron el estadio.

Los dos grupos de energúmenos se maltrataban mutuamente con sillas, vallas, astas de bandera y toda clase de objetos.

Fueron momentos de tensión y hostilidad que ratifican una vez más que se requieren acciones realmente efectivas para amainar esa incultura repleta de vandalismo.

La Policía trató de intervenir y controlar la situación, pero se tardó un poco ante la insistencia e irracionalidad de los barristas que se mantenían en sumergidos en la violencia con un total desprecio por la vida.

Nacional pudo recibir sus medallas y el trofeo de campeón después de que la fuerza pública evacuara a los aficionados de las graderías.

Los enfrentamientos continuaron en las afueras del Atanasio y la Policía tuvo que apelar a los gases lacrimógenos.

Un colofón lamentable en una final de Copa Colombia. Una historia parecida se vivió el año pasado en Cali, cuando los ‘Verdolagas’ se impusieron al América en el segundo duelo por el título entre ambos clubes.