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La sexta etapa del Giro de Italia, que había sido neutralizada por una caída a 70 km de meta que afectó a una docena de corredores, se ha reanudado a falta de 60 para la meta de Nápoles.

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Tras la reunión de los comisarios con la organización de la prueba en plena carretera, la decisión fue recortar la etapa 10 km y seguir la marcha desde la localidad de Nola, a 60 de Nápoles.

La caída afectó, entre otros, al australiano Jay Hindley, uno de los principales gregarios de Primoz Roglic en el Red Bull Bora, quien hubo de abandonar. También sufrieron golpes el colombiano Daniel Felipe Martínez (Red Bull), el checo Cerny y el propio líder, el danés Mads Pedersen.

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La jornada une las localidades de Potenza y Nápoles a través de 227 km, la más larga de la presente edición.