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Cristian Ortega (29 de septiembre de 2000) no va olvidar jamás el año viejo porque le ha dejado grandes recuerdos: su primera participación en unas olimpiadas, la intervención en los mundiales de ciclismo y un tercer lugar en la general del keirin de la Liga de Campeones de ciclismo, donde derrotó en la final de una válida a nada más y nada menos que al campeón ecuménico y olímpico, el neerlandés Harrie Lavreysen, quien se montó en el primer lugar del podio por tercera vez en cuatro ediciones. El australiano Matthew Richardson fue el subcampeón.

Ortega, que completó la mejor campaña de un colombiano en la Champions League (algo así como la Liga del Diamante del Atletismo), viene pidiendo pista en la élite del pedalismo orbital y espera que el 2025 sea un año mucho más glorioso.

¿Qué balance hace de lo que ha sido su temporada ciclística?

Primero que todo, agradecimiento muy especial a Dios principalmente, a mi familia, a mi novia, a mis entrenadores y a toda mi gente de Barranquilla que me apoya. La verdad fue un año bastante bueno, bastante movido, hubo bastantes competencias, Juegos Olímpicos, Campeonatos Mundiales, Liga de Campeones. Un balance extraordinario, y va a ser superado el año que viene, con la ayuda de Dios, con bastantes logros buenos.

¿Después de pasar por los Olímpicos y el Mundial, le resultó más sencillo afrontar la Liga de Campeones?

En los Juegos Olímpicos realicé un muy buen papel, con Diploma Olímpico, séptimo puesto en la prueba de keirin. Eran mis primeras olimpiadas, y precisamente en París 2024. El desempeño fue bastante bueno. En el Campeonato Mundial ocupé el cuarto puesto mundial. Eso me llena de muchísima confianza, pero, igualmente, competir contra estos rivales no deja de ser complicado, porque cada competencia es como un mundo nuevo, se presentan oportunidades distintas, depende la estrategia de cada corredor, y no deja de ser difícil, al contrario, se aumenta muchísimo la dificultad. Yo iba con la mente positiva, con bastante confianza, creyendo en mí, en mis capacidades y bueno, la estrategia salió. Gracias a Dios obtuve el primer puesto en una de las válidas de keirin, y dos segundos puestos. Eso me dejó en la tercera posición en la general.

¿Qué tal le pareció la Liga de Campeones?

La de este año fue la cuarta edición. En 2025 se disputa la quinta temporada, toca clasificar. A eso no va a cualquier persona, toca cumplir unos requisitos de selección. Con la ayuda de Dios, estaremos ahí el próximo año.

¿Cómo toma el hecho de convertirse en el único ciclista colombiano que alcanza el podio de la Liga de Campeones?

Es un orgullo muy grande, la verdad. Es una responsabilidad bastante bonita llevar los colores de mi país en el pecho. Más que nervios y ansiedad, esto me llena de mucho orgullo, de responsabilidad. Me motiva bastante saber que represento a mi nación en países como Francia, Países Bajos, Inglaterra. Es una cosa espectacular. Y ese bonito papel que tuvimos, nos deja pensando en que podemos seguir haciéndolo bien, se vale soñar y el cielo no es el límite. ¡Pa’ lante es pa’ allá!

Me imagino que ese objetivo que usted siempre ha tenido entre ceja y ceja, una medalla olímpica, lo ve más realizable, más luchable…

Sí, por supuesto, en cualquier competencia, si uno se prepara bastante bien, es capaz de afrontarla muy bien. Yo ahora mismo estoy aquí en Medellín en 2024, pero mi mente está en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles-2028. Con la ayuda de Dios estaré ahí.

¿Qué representó para usted derrotar al neerlandés Harrie Lavreysen, campeón olímpico y mundial de la prueba, y en su propia tierra, Apeldoorn (Países Bajos)?

No cabe duda de que ese es un excelente corredor, lleva mucho tiempo haciéndolo bastante bien. En cierto punto de mi carrera deportiva fue mi ídolo máximo, yo quería ser como él, mejor dicho… y ya verme compitiendo a la par de él, ahí en la línea de salida, la verdad que es un sueño hecho realidad. Esto es algo que yo no me creo, pero igualmente voy para adelante. Saber que le gané, saber que cuando lo entrevistaron habló bastante sobre mí, me deja bastante orgulloso de mi actuación, de mi preparación más que todo, porque esto se trata de sacrificios. Yo ahora mismo estoy aquí en Medellín pasando el diciembre solo, pero logrando cosas que siempre me propuse, cumpliendo mis propios sueños, mis metas. Ya pasó esta competencia, ya terminó mi temporada, y ahora vendrá un pequeño descanso junto a mi familia en Barranquilla, el 14 voy para allá.

¿Y qué dijo Harrie Lavreysen de usted?

Mi inglés no es el mejor, pero yo me defiendo, y lo que entendí fue que él dijo que yo andaba en buena forma, que en París y Holanda hice buenas clasificaciones. Es que yo clasificaba primero en todo lo que corría, y precisamente siempre me tocaba contra él. Decía que vengo haciéndolo bastante rápido, que estoy levantando vuelo, porque antes no hacía las cosas así como las estoy haciendo ahora. Yo antes estaba como que en el proceso, ya ahora agarré vuelo, ya me toca seguir tratando de volar lo más que pueda, y con volar me refiero a tratar de mantener el excelente nivel que pueda alcanzar. El muchacho habló bastante de mí. Y es que él no me conociera si no le hubiera ganado. Apenas le gané: ‘¡Uy! ¿Cómo así? ¿Este man quién es?’ (risas). Ahí yo asomé la aleta, ¡Junior tu papá, papi! (risas).

¿Harrie Lavreysen sabe que era el ídolo suyo, que usted lo admiraba? ¿Se lo confesó alguna vez?

Sí, claro, yo a él se lo decía años atrás: ‘a ti te voy a ganar, ya casi te voy a ganar, algún día de estos te voy a ganar’, y él se reía, pero apenas supo que ya estoy cumpliendo la promesa… ahora sí tiene que ponerse las pilas (risas).

¿En estos últimos días ha estado en Medellín entrenando?

Sí, claro. Personalmente pienso que en el alto rendimiento deportivo, lo más difícil no es llegar, sino mantenerse, y ahí yo estoy en un punto en que lo logré, gracias a Dios. Soy nómina fija, gracias a Dios, para cualquier competencia con la selección de Colombia de ciclismo en pista, y eso no quiere decir que ya alcancé mi límite y que cumplí mis sueños, al contrario, ahora es cuando más debo estar ahí pendiente a la jugada, sin dar papaya. Ayer (el martes) estaba entrenando y hoy (el miércoles) también. Voy a seguir así, pero ya con baja intensidad, porque ya el cuerpo como que no aguanta tanto...

Ya pide descanso y ambiente decembrino…

Sí, sí, ya pide un descanso, porque de verdad que mantenerse compitiendo a un alto nivel no es nada fácil.

¿Qué espera del 2025? ¿Cuáles son sus metas después de este 2024 tan exitoso?

Principalmente una buena salud, seguir junto a Dios, junto a mi familia y mis entrenadores, confiar en el proceso. Vienen carreras bastante complicadas. Quiero hacer un campeonato Panamericano excelente, un campeonato mundial excelente, y Dios quiera que vuelva a llegar a la Champions League de ciclismo otra vez.

¿Depende del ranking?

Sí, por supuesto, toca mostrarse bastante y dar espectáculo. No llega a cualquiera, toca ganarse el cupo.