El portero brasileño Ramon Souza recuerda que se quedó 'totalmente en shock' cuando vio el agujero en su pierna. Un policía le acababa de disparar casi a quemarropa con una escopeta de balas de goma al poco de finalizar un partido de fútbol de categoría regional.
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'El tiro fue cerca de la rodilla. El médico me dijo que podía haber acabado con mi carrera', afirma el guardameta del Grêmio Anápolis en una entrevista con 'Efe'.
Souza, de 22 años, aún no tiene una previsión exacta sobre cuándo podrá volver a jugar. Se habla de cuatro meses. La herida es profunda. El policía disparó a pocos metros de él.
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'Llegó, empujó a un compañero y apuntó el arma en dirección a su cara. Cuando lo vi, le dije que bajara el arma, que no era necesario. Y en ese momento cargó el arma, me dijo que retrocediera y, cuando estaba dando un paso atrás, disparó', relata.
El episodio ha indignado a Brasil, un país que, además de fabricar los mayores talentos del fútbol mundial, tiene una de las policías más letales del mundo. Las imágenes recorrieron medio mundo.
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Ocurrió la noche del pasado miércoles 10 de julio en el estadio Jonas Duarte, en Anápolis, en la 12ª jornada de la División de Acceso al Campeonato Goiano. Se enfrentaban Grêmio Anápolis y Centro Oeste, que remontó en los últimos minutos para llevarse la victoria (1-2).
El encuentro terminó en trifulca. Según Souza, todo se desencadenó cuando el portero adversario hizo un gesto ofensivo a uno de los recogepelotas.
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El equipo acudió en su ayuda y se lió. Cuando la situación se había 'apaciguado', con el rival ya en el vestuario y ellos saliendo del campo, entró la Policía.
'Llegaron ya apuntando para todo el mundo', cuenta Souza.
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Y uno de ellos abrió fuego. 'Nadie se lo podía creer, mis compañeros se quedaron mirando sin entender nada', recuerda.