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 Noah Lyles es una estrella. En la pista porque sus éxitos lo corroboran con multitud de medallas, las dos últimas en los Mundiales de pista cubierta de Glasgow. Fuera de ellas, porque todo lo que hace y dice atrae hacía su figura la atención mediática. Ahora, además, ha firmado un contrato millonario con Adidas, el más alto para un atleta desde el que tuvo con Puma el jamaicano Usain Bolt, al que espera también emular en los Juegos Olímpicos con la triple corona de oros.