Su hermana y su amiga estaban más nerviosas. Valeria Bustamante Escolar tomó la entrevista con más calma y naturalidad. Mientras Vanessa Bustamante Escolar y Mariana Álvarez se reían, se peinaban y bromeaban antes de atender al periodista de EL HERALDO, Valeria llegó serena y un poco más seria, aunque con un tris de timidez.
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Todo sucede entre 7:30 y 8:30 de la noche del martes 6 de enero en la pista de hockey del Patinódromo Rafael Naranjo Pertuz, en el norte de Barranquilla. A esa hora se refleja claramente que el patinaje tiene muchísimos practicantes en la ciudad. Un enjambre de niños y, especialmente, niñas, se dan cita en el escenario y ruedan imparables en sus patines.
Justo en medio de esa efervescencia están Valeria, Vanessa, Mariana y algunos otros ‘hockistas’ (como les dicen en algunos países) de diferentes edades, desde veteranos hasta preadolescentes. No es tan popular el hockey como el patinaje, pero la pasión por cada deporte es igual.
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Valeria, de 14 años de edad, es el vivo ejemplo de la llama de fervor que enciende el hockey. Ya no ilumina tanto en la ciudad como en otrora, pero continúa prendida.
'Siempre ha sido parte de mí, me encanta jugarlo, me parece divertido. Lo practico desde que soy pequeña. Me gusta mucho la competitividad y practicarlo todos los días', dice ‘Vale’, que no agarra el stick (palo) y los patines solo para entretenerse y pasar un rato. Se está emocionando tanto que lo ve como una carrera y aspira a ser profesional.