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El esperado retorno a la competición de Rafael Nadal, once meses y medio después de su última presencia en pista, llegó en Brisbane. En la primera ronda acompañada de una solvente victoria, convincente y firme, ante un rival plagado de talento, el austríaco Dominic Thiem, prometedor en su momento y ansioso por salir del pozo al que cayó por culpa también de una lesión en la muñeca.