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El Inter aprovechó este sábado el gran momento de forma que atraviesa en este tramo final de temporada para certificar su presencia en la Liga de Campeones de la próxima campaña con una victoria ante el Atalanta (3-2) que, además, deja el cuarto puesto en manos del Milan, al que le vale un empate ante el Juventus.

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El Inter va sobrado de confianza en estos últimos meses y llegará en su mejor momento el próximo 10 de junio a la final de la Liga de Campeones de Estambul. Campeón de la Copa Italia, se le nota en la manera de encarar cada partido, en la soltura con la que combina en ataque y con la que se vuelve impenetrable en defensa. Lo que hace no tanto fue un equipo que hacía aguas, es ahora una máquina perfectamente engrasada.

Y, una vez más, en una noche en la que se necesitaba seriedad y compromiso, con el top-4 en juego, el Inter no falló. Optó Inzaghi por Lukaku como titular. El ariete belga cumplió con creces y dio un golpe sobre la mesa, pidiendo paso en un once titular que, sin embargo, apunta a que seguirá contando con Dzeko como pareja de baile de Lautaro.

Lukaku no tardó ni 40 segundos en ver puerta. Presionó muy alto el Atalanta, pero Bastoni encontró el pase perfecto para conectar con Lukaku, que de primeras dejó para Lautaro y tiró el desmarque en profundidad para definir sin oposición, esquivando a Sportiello con un buen regate. Una jugada clásica de este Inter que le puso por delante en el primer minuto.

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El gol animó a un Inter que fue directo a por el segundo, desatado. Y si Lautaro dio la primera asistencia, luego se inventó un pase milimétrico para Dimarco en el perfil zurdo que produjo todo el peligro. Tras varios disparos sin éxito, apareció el que mejor se mueve en este contexto, un Barella indetectable que fusiló para hacer el 0-2 y sentenciar el partido.

Recortó distancia antes del descanso por medio de Pasalic, que en el minuto 35 cazó un balón suelto en el área tras un saque de esquina que poco cambió en San Siro.

Porque apareció, otra vez, el mejor jugador de este Inter, un Lautaro que dio asistencia en el primero, un pase clave en el segundo y que en el tercero solo tuvo que empujar el balón. Esa vez fue Lukaku el que filtró un gran pase en profundidad para Brozovic, que se quedó solo ante el meta pero cedió al argentino para que hiciera su gol, el número 21 en el campeonato doméstico, lo que le deja solo a dos de Osimhen, delantero del Nápoles.