Compartir:

El carril cinco de la gran final en los 100 metros planos del Sudamericano sub-20 tiene procedencia barranquillera. Melany Yoibel Bolaños Cassiani se prepara para salir disparada. La pista bogotana es iluminada por un retazo de sol que no se compara con el que practicó en su natal curramba. Todo un año preparándose para ese momento.

Las corredoras salieron como hojas que se las lleva el viento. Hubo algo de titubeo en sus dos primeros pasos, pero se recompuso con la fuerza de su braceo. Llegando a la mitad del camino, sacó provecho de su zancada y tomó un cuerpo de ventaja sobre sus rivales. Manos al aire y respiración entrecortada, se había llevado su primer oro de la competencia. Todas van a felicitarla con abrazos de por medio.

EL HERALDO charló con la corredora atlanticense que lideró a la delegación colombiana en el medallero del más reciente Sudamericano juvenil, tras adjudicarse dos medallas doradas en los 100 y 200 metros planos y otra más, esta de plata, en el relevo 4x100 femenino.

Nada pudieron hacer las representantes brasileñas. Ni Suellen Silva ni Tainara Mees lograron registrar una marca mejor que la suya. Hizo respetar la casa, aún ante Marleth Ospino, otra de las curramberas de esta camada que para esta ocasión tuvo que conformarse con el cuarto lugar.

 'Me siento muy orgullosa de alcanzar este logro por el que he venido luchando desde el año pasado. Es un balance positivo, pues me tracé unas expectativas muy altas, las cuales pude cumplir. Gracias a Dios que se dieron todas las cosas. Vamos granito a granito', expresó Melany a EL HERALDO.

'Siempre estuve concentrada en la medalla de oro. Quería ratificar mi marca o mejorarla, pero solo lo pude hacerlo en los 100 metros. Faltó creérmela en los 200 metros. Vamos poco a poco', agregó.

La promesa atlética de 18 años estaba más calmada. El ajetreo de la competencia había pasado. Disfrutando junto con sus padres en la capital del país —habían sido pocas las veces que sus papás habían tenido la oportunidad de verla correr en un evento internacional—, apenas es que viene asimilando todo lo que alcanzó en un evento tan tradicional como el Sudamericano.

'Tengo que darle muchas gracias a mi entrenador y a mis padres por el apoyo. Son a los primeros a los que llamo cuando tengo una victoria. Ahora tuve la fortuna de traerlos acá para que me vieran competir, estaban muy felices por todo lo que logré', afirmó Bolaños.

'Yo sabía que tú podías', le dijeron infinidad de veces varios de los aficionados que se acercaron para presenciar sus competencias. Un privilegio que solo pudo comprender cuando estaba escuchando el himno de su país en lo más alto del podio.

'Es una emoción muy grande escuchar ese himno de Colombia, me acuerdo de cada lagrima que derrame y lo mucho que me he sacrificado para llegar hasta donde estoy. Me siento orgullosa de lo que he logrado en tan poco tiempo. Le doy gracias a Dios por cada oportunidad que me ha brindado de representar a Colombia, a Barranquilla y a mi familia', destacó Melany que empezó jugando baloncesto, pero se apartó de ese deporte por la flojera de no querer ir a los entrenamientos.

Su sueño lo tiene más que claro. 'Ir a unos Juegos Olímpicos, sé que poco a poco podré lograrlo', finalizó.

Melany Bolaño ya se encuentra fuera del país. Desde ayer aterrizó  en territorio europeo para empezar una gira europea que le permita conseguir las marcas suficientes para poder decir presente en el próximo Mundial de Budapest, Hungría.