Unos minutos de inspiración de Gabriel Martinelli bastaron al Arsenal para sumar tres puntos clave ante el Leicester, derrotado 0-1 con un tanto en la segunda parte del jugador brasileño, activador del líder de la Premier League cuando sufría para derribar la muralla construida por su rival.
Martinelli fue la novedad de Arteta, que acertó en el único cambio que hizo respecto a la pasada jornada. Sentó en el banquillo a Edward Nketiah, un delantero más rematador y con mejores prestaciones para fijar centrales pero con menos desborde que su compañero. Arteta sabía que sus jugadores iban a necesitar alguna pincelada de inspiración en un duelo que se preveía engorroso.
Y es que, con evidentes problemas para sumar en sus últimos encuentros, el Arsenal tenía que afrontar un difícil compromiso. El Leicester, no muy lejos de los puestos de descenso, debía sumar puntos para no verse metido en un lío. La necesidad a veces es un peligro y los hombres de Arteta, dubitativos en anteriores duelos, tenían enfrente a un equipo que no andaba para nada sobrado.
El sufrimiento del Arsenal era una posibilidad, sobre todo después de caer ante el Everton (1-0) y el City (1-3), de empatar con el Brentford (1-1) y de ganar sobre la bocina la pasada jornada al Aston Villa (2-4) gracias a un par de tantos en el tiempo añadido.
Aunque Martinelli no pudo desatascar nada en el primer tiempo, sí lo hizo en los primeros compases del segundo. Pero, antes de su gol, el Arsenal no puedo evitar un atasco que nunca deseó. Controlador absoluto del juego desde el primer minuto, el cuadro 'gunner' no estuvo brillante en el último tramo. Ese último pase, necesario para confirmar tanto dominio, nunca llegó en la primera parte. Ni Buyako Saka, poco fino en los últimos metros, ni Martin Odegaard, a quien tenían tomada la matrícula, pudieron aportar ese punto de creatividad necesario para romper defensas.
El dato de los primeros 45 minutos, fue revelador: no hubo ningún disparo entre los tres palos. Mientras que el Arsenal no encontró el camino, el Leicester fue muy impreciso a la hora de montar contragolpes.
Sólo un golazo anulado a Leandro Trossard por una falta previa de Ben White sobre el guardameta Danny Ward, y otro que tampoco subió al marcador de Kelechi Iheanacho por fuera de juego, rompieron algo el tedio en el King Power Stadium, cuyo público no vio mucho más antes del descanso. El Arsenal quiso, pero no pudo y parecía avecinarse otro duelo marcado por el sufrimiento para sacar los tres puntos.
Sin embargo, la falta de clarividencia del Arsenal concluyó al minuto de la reanudación, cuando Gabriel Martinelli dio en la diana tras aprovechar un pase magistral de Trossard, que habilitó al jugador brasileño con un pase entre las piernas de Harry Souttar para dejar al jugador brasileño solo delante de Ward.
El tanto de Martinelli activó definitivamente a su equipo, que enseguida encargó otro tanto, otra vez anulado y obra de Saka, que paró su celebración cuando el linier levantó la bandera para señalar un claro fuera de juego de Martinelli. Sin duda, el brasileño se convirtió en el agitador de un duelo que se había enquistado para el cuadro 'gunner', que bajo la batuta de su jugador espantó otro posible lío.
Aunque el Arsenal sólo electrificó el duelo durante unos minutos, fueron suficientes para sumar otros tres puntos importantísimos en la pelea por el título. El Leicester intentó el empate sin éxito y casi sin ocasiones, aunque Kiernan Dewsbury-Hall, con un zurdazo desde fuera del área asustó a Aaron Ramsdale. Asediado en los últimos instantes, el Arsenal aguantó y sobrevivió a un choque complicado de los que dan títulos. Y, en esta ocasión, el acierto de Martinelli fue clave.