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'En la casa todavía no se pierde la costumbre de desayunar arepitas o cachapas con queso (plato venezolano preparado con maíz), siempre hemos tratado de que nuestras tradiciones no se dejen de hacer', fue lo que expresó con orgullo María Ray, madre de Valeria Ray, en el Mundial Juvenil de Tenis.

La sorpresa fue para el periodista que escuchando las diferentes expresiones de ánimo gritadas por la tenista norteamericana, de repente quedó anonadado por la celebración de un punto en español. '¡Vamos! ¡Vamos!', apuntó Valeria Ray después de ir sentenciando el segundo set.

La sembrada número cinco del Mundial Juvenil de Tenis no tenía muchos problemas en hablarse tanto en inglés como en español. Sin embargo, era su madre la que si le recalcaba 'paciencia', en nuestro idioma, desde las graderías del recinto.

Valeria Ray, estadounidense con padres venezolanos, sacó la casta en la segunda ronda y eliminó a la contendiente mexicana Lya Fernández, en un emocionante juego que tuvo como marcador final un 7-6 (5) y 6-3 a favor de la norteamericana.

'El primer partido siempre es de mucho nerviosismo. Apenas estoy empezando a encontrar mi juego y me he ido tomando confianza. La brisa estaba fastidiosa, pero logramos sacar el resultado. Me fui acomodando en el campo y puedo decir que la paciencia fue la clave de todo. Con el nivel mostrado puedo llevarme este torneo', sentenció Valeria a EL HERALDO después de secarse el sudor.

La raqueta de 17 años reconoce las altas temperaturas, pero no se molesta por eso. Es un clima similar al que suele presenciar en Florida, aunque no había pisado las calles de Barranquilla. Ni las de Cali, ni las de Medellín, ni las de Bogotá, las ciudades que sí había recorrido anteriormente, le habían recordado tanto su infancia como lo hizo ‘la Arenosa’.

El inglés le gusta mucho, pero por ley familiar dentro de su casa se habla español. Por lo cual, la comunicación con su progenitora, quien la acompaña a todas sus disputas, fue en castellano.

'Es un orgullo verla competir, es el fruto de todo el esfuerzo. Queremos que cumpla sus sueños y la meta es que juegue un Grand Slam. Llevamos 23 años viviendo en los Estados Unidos y le debemos todo a este país', afirmó su mamá.

El asma quiso llevarla por el camino de la natación, pero fue el tenis el deporte que la enamoró para el resto de su vida. Así también, ama tener raíces latinas, aunque siente una gran pasión cuando representa a los EE. UU.