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Parece que hubiese sido ayer, cuando Yesid Steve López Caraballo tenía solo dos años y sorprendió a sus padres en la terraza de su casa. El pequeño se le soltó de los brazos a su progenitora y acomodando su cuerpo – algo raro en niños de su edad – lanzó un zurdazo muy bien esquinado. Allí su papá se dio cuenta que tenía talento.

La escena se repitió después de muchos años. El escenario era distinto, pero todo se cuadró como un Deje vu. La barrera estaba organizada y el marcador seguía virgen. Yesid López – ya con 12 años – tomó unos pasos de distancia y, respirando hondo, emprendió su carrera. El remate se elevó por las nubes y entró en el pórtico rival sin permitir algún movimiento del guardameta.