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La primera semifinal del Mundial de Qatar 2022 entre Argentina y Croacia se presentaba como un duelo de dos de los mejores jugadores que ha dado el fútbol en los últimos tiempos, de los dos '10', los dos capitanes, Leo Messi y Luka Modric, pero el auténtico protagonista fue Julián Álvarez, que hizo honor a su apodo: la araña.

Al joven delantero que ya ha empezado a despuntar en el Manchester City de Pep Guardiola le llaman así desde pequeño. En el Calchín, club en el que se inició de pequeño, decían tenía una gran capacidad para controlar el balón y llevarla 'atada'. Su padre relató en un vídeo que de chico le 'sacaba la pelota siempre y era como un araña porque parecía que tenía varias patas; se ponía como un loco y no se la podían quitar'.

Es justo lo que ocurrió en el estadio de Lusail, en el que Argentina disputará la final el domingo ante el vencedor de la segunda semifinal entre Francia y Marruecos. Su picadura, al más puro estilo, fue letal para Croacia.

Indetectable, rápido como un meteoro, hizo añicos el entramado del conjunto de Zlatko Dalic y sobre todo a los dos centrales poderosos como Dejan Lovren y Josko Gvuardiol. Quizá en su primer gran error de todo el torneo recibió un pase en profundidad de Enzo Fernández y, a entender del colegiado Daniele Orsato, el meta Dominik Livakovic, le hizo falta.