Un sofoco que duró 70 minutos que acabaron gracias al argentino Leo Messi, quien fue decisivo por su asistencia y gol para que el PSG doblegase por 1-3 al Maccabi Haifa, que llegó a adelantarse en el marcador.
Sin embargo, frente al rival teóricamente más débil del grupo H, el PSG naufragó todo el primer periodo y buena parte del segundo, pero la calidad de los parisinos terminó por imponerse ante un rival desfondado.
El gol de Chery (m.24) tuvo réplica en Messi primero (m.37), en Mbappé después (m.69) y en Neymar por último (m.88). El tridente se compartió el botín.
Los de Christophe Galtier suman así tres puntos que les sirven para compartir liderato de grupo con el Benfica, que obtuvo una sorprendente victoria ante el Juventus de Turín.
Atasco monumental del PSG duró algo más de una hora. El trío Mbappé-Messi-Neymar no afinaba, cada uno libraba su particular batalla y el equipo dejaba espacios en el centro del campo que los israelíes agradecían.
Ejemplo de ese desacierto y mala colocación fue una pérdida de Marco Verratti, culminada en un centro al corazón del área de la parte de Haziza que su colega Chery, delantero de Surinam, no desaprovechó con un remate de primeras.
Golpe al orgullo parisino en el minuto 24. El Maccabi no sumaba un tanto en la fase de grupos de la máxima competición continental desde 2002.
Los fogosos israelíes, galvanizados por su público, buscaron enseguida el segundo, negado por un fuera de juego. Al final era el gigante Gigi Donnarumma el que sostenía a su equipo como pocos hubiesen imaginado antes del encuentro.
Ese cuarto de hora de suplicio terminó en el minuto 37 con un arreón de Mbappé, quien sirvió a Messi para que igualase la contienda.
Una diana también para los amantes de las estadísticas. El argentino ya ha marcado a 39 equipos diferentes en la Liga de Campeones y desempata con su gran rival, Cristiano Ronaldo (38). La Pulga ya atesora además 18 ediciones seguidas de Champions anotando, con Karim Benzema (17) por detrás.
Cambiar de campo al intervalo no modificó la dinámica parisina. Un equipo febril, sin precisión en el pase y con poco juego colectivo. Solo algunas pinceladas de Messi aliviaban el pobre juego de los visitantes.
Solo que el Maccabi empezó a dar señales de desfallecimiento por el tremendo esfuerzo físico. El argentino devolvió la asistencia a Mbappé y le filtró un delicioso pase que el francés, un cohete, remató en carrera. 1-2 en el minuto 69 y los parisinos respiraron por fin.
El genio de Bondy igualó así los 30 goles en Champions de Edinson Cavani con el PSG, leyenda del club. Los parisinos remataron el encuentro gracias a Neymar, quien, en el 88, no faltó a su cita con el gol gracias a una asistencia a Verratti.