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El argentino Manu Ginóbili, con un palmarés sin parangón forjado en la liga italiana, la selección de su país y en la NBA, entró este sábado en el Olimpo de su deporte al ser incluido formalmente en el Salón de la Fama del Baloncesto de Naismith en Springfield (Massachusetts, EE.UU.).

La ceremonia comenzó con un homenaje a Bill Russell, el inolvidable pívot de los Boston Celtics que murió el pasado 31 de julio a los 88 años, y se reconocieron a otros 15 profesionales del baloncesto en diferentes categorías.

Sentado junto a sus hijos y esposa, Ginóbili, que fue la estrella más brillante de la noche, la que más aplausos y gritos apasionados provocó en el Symphony Hall, la que más aficionados atrajo a las inmediaciones y la que mayor atención de los medios cautivó con diferencia, tenía los ojos aguados cuando lo presentaron y el auditorio se vino arriba.

Subió al escenario escoltado por su inseparable Tim Duncan, con quien hizo historia en los San Antonio Spurs (cuatro anillos de la NBA).