Hace honor a su primer apellido. María Alejandra Guerra Acosta es una tenista combativa, luchadora, gladiadora, guerrera.
'De la mano de Dios', como suele decir al final de cada una de las frases que expresa con una admirable seguridad y elocuencia, va con todo y contra todo cuando entra a una cancha de tenis.
Con su energía, perseverancia, trabajo y fuerza mental, trata de abrirse paso entre las raquetas femeninas del Atlántico y el país.
El pasado fin de semana se coronó campeona en sencillos y en dobles en la categoría 14 años del Torneo Nacional Grado 4, que se disputó en el Club Campestre Llanogrande, en Antioquia.
En la final individual superó a Elena Yepes, de la Liga de Tenis de Bogotá, con parciales 1-6, 6-1, 10-0 (tie break).
Aunque en esta competencia no estaban las raquetas que ocupan los primeros lugares del ranking nacional, María Alejandra evidenció una vez más su crecimiento, su trabajo y su potencial.