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Tras su paseo triunfal ante los Brooklyn Nets (4-0), los Boston Celtics se dieron de bruces con la férrea defensa de los Milwaukee Bucks, que se llevaron este domingo con contundencia el primer partido de esta semifinal del Este (89-101).

Como se esperaba, Celtics y Bucks se midieron en una pelea muy física y exigente, de lucha inmensa por cada balón y con las defensas asfixiando a los ataques desde el primer minuto.

Ahí salieron victoriosos los Bucks, muy atléticos y totalmente concentrados para reducir a unos Celtics que se quedaron lejos de ese equipo rocoso e incansable que ha asombrado en la NBA esta temporada.

Giannis Antetokounmpo (triple-doble de 24 puntos, con 9 de 25 en tiros y 6 de 11 en tiros libres, 13 rebotes y 12 asistencias) fue junto a Jrue Holiday (25 puntos y 9 rebotes) el líder de unos Bucks muy trabajadores y en los que también destacaron en defensa guerrilleros como Brook López y Wes Matthews.

La formidable intimidación de los Bucks en la pintura obligó a los Celtics a recurrir al perímetro con pobres resultados (18 de 50 en triples, 10 de 34 en tiros de dos).

Especialmente decepcionantes fueron las actuaciones de Jayson Tatum (21 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias) y Jaylen Brown (12 puntos, 9 rebotes y 4 asistencias)

El dominicano Al Horford, que hizo una defensa muy digna a Antetokounmpo, aportó 12 puntos, 10 rebotes, 3 asistencias, un robo y 2 tapones en 36 minutos para los Celtics.

El español Serge Ibaka y el argentino Luca Vildoza jugaron el último minuto del partido cuando ya estaba decidido para unos Bucks en los que sigue lesionado Khris Middleton.

El segundo encuentro de esta serie se jugará el martes también en Boston antes de viajar a Milwaukee para el tercer y el cuarto encuentro.

Agresividad defensiva

Con todos los ojos puestos en Tatum y Antetokounmpo, fueron sin embargo Holiday, Smart y Horford los que animaron el arranque del encuentro desde el triple.

Los Celtics se hicieron fuertes en la zona (4 rebotes ofensivos en el primer cuarto), algo meritorio ante las tres torres de Milwaukee: Antetokounmpo, López y Portis.

Los Bucks se desangraron con 7 pérdidas de balón en parcial inicial, pero en los últimos tres minutos incrementaron de forma impresionante la intensidad y agresividad de su defensa, paralizaron a los Celtics y cerraron el primer cuarto con un magnífico 2-13 (24-27).

Sin noticias de Tatum y Brown, Pritchard activó la segunda unidad de Boston con dos triples, pero Portis, Connaughton y Allen contestaron con una gran seriedad en los visitantes.

Extrañamente ansiosos, sobre todo tras la exhibición de frialdad que dieron ante Brooklyn, los Celtics no daban con la tecla ante unos Bucks sobrios y serenos (46-56 al descanso).

Antetokounmpo rozó el triple-doble tras la primera mitad (14 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias) frente a unos Celtics con solo 15 puntos entre Tatum y Brown, con 9 pérdidas de balón y que se mostraron demasiado obsesionados con el perímetro (10 de 28 en triples, 6 de 19 en tiros de dos).

Tatum salió a morder en la reanudación con dos triples seguidos, pero los Celtics seguían muy incómodos en la cancha.

El esfuerzo defensivo de los Bucks continuaba en unos niveles mayúsculos con Holiday y Antetokounmpo haciendo la vida imposible en cada ataque a unos Celtics claramente frustrados.

Con 3.37 en el reloj (66-72) llegó su oportunidad cuando Antetokounmpo se tuvo que ir al banquillo con cuatro faltas.

Pero en ese momento delicado, los Bucks respondieron con fortaleza, López se hizo inmenso en la pintura y Holiday tomó el relevo en ataque hasta que volviera la estrella griega (70-78).

La remontada en el último cuarto pasaba por encontrar cuanto antes una chispa en ataque que los Celtics no habían desplegado en toda la tarde.

Sin embargo, un triple de Portis dio forma a la mayor ventaja de los Bucks hasta entonces (72-87 con 8.36 para el final).

No hubo milagro en Boston, que además vio cómo Antetokounmpo ponía la guinda a la victoria de Milwaukee con un mate tremendo después de recoger el balón que él mismo había lanzado al tablero.