El Ajax recibe este martes, en la vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones, al Benfica con la baja del portero Remko Pasveer, que en un principio será sustituido por André Onana, en una eliminatoria de octavos de final de Liga de Campeones que parte de unas tablas (2-2) del partido de ida que deja el pase de ronda totalmente en el alero.
Los tantos fuera de casa ya no valen doble en caso de empate, por lo que el Ajax no podrá salir a especular con el 0-0 inicial. Situación poco probable en cualquier caso, pues los hombres de Erik ten Hag son conocidos por arriesgar y jugar al ataque, más cuando juegan en el Johan Cruyff Arena.
El entrenador neerlandés se ha encontrado con la baja del portero Pasveer, titular en el encuentro de ida. Si no hay sorpresas, su sustituto será Onana, el guardameta camerunés sancionado el año pasado por dopaje y que estuvo en todas las quinielas de salida del club.
En la otra punta del campo estará Sébastien Haller, el máximo goleador de la actual Liga de Campeones con once tantos en siete partidos. El franco-marfileño hizo dos dianas en Lisboa, aunque la primera le dio una alegría a la afición portuguesa porque fue en propia puerta.
El Ajax deberá vigilar la defensa de los balones aéreos, un punto débil que el Benfica explotó en el duelo de ida. Su principal duda es la presencia en el once inicial de Edson Álvarez, que no fue convocado para el partido de Eredivisie del pasado viernes contra el modesto Cambuur. Cuando a Ten Hag le preguntaron por la ausencia del mexicano, se limitó a responder que estaba 'enfermo' y no quiso desvelar si se trataba de un contagio de covid-19 o si estará disponible contra el Benfica.
El Ajax llega a la cita europea tras una sufrida victoria (2-3) ante el Cambuur. Los locales igualaron los dos goles iniciales del equipo de Ámsterdam, que se llevó el partido gracias a un tanto de Ryan Gravenberch en el tiempo de descuento. La promesa neerlandesa fue el mejor del equipo, pues combinó su nuevo rol de centrocampista defensivo con dos asistencias y el tanto de la victoria.
En el capítulo de altas, regresa a la convocatoria el delantero Brian Brobbey, aunque se espera que contra el Benfica empiece desde el banquillo.
A pesar de que el Ajax sigue siendo favorito, el Benfica viaja a Ámsterdam con las esperanzas renovadas tras conseguir un empate en la ida -pese a quedarse por detrás en el marcador en dos ocasiones- que deja todo abierto en la eliminatoria.
El escenario también trae buenos recuerdos a los benfiquistas más veteranos, ya que fue en Ámsterdam donde las 'águilas' lograron la Copa de Europa por segundo año consecutivo en 1962, ante un Real Madrid en el que jugaban Di Stéfano, Puskas y Gento.
El conjunto encarnado sueña con los cuartos de la 'Champions' -que jugó por última vez en 2016-, mientras en Liga no vive su mejor temporada, ya que es tercero y ya está a 12 puntos del líder Oporto.
Aun así, desde que se vio las caras con el Ajax en la ida suma dos victorias -ante el Vitória Guimarães y el Portimonense- y un empate el pasado viernes contra el Vizela, aunque jugó casi todo el partido con 10 y no dejó malas sensaciones.
Para visitar al Ajax, Nelson Veríssimo seguirá sin poder contar con Lucas Veríssimo, Rodrigo Pinho y Seferovic, que continúan de baja por lesiones. En cambio, puede contar con los tres que se perdieron el último compromiso liguero pero que parecen aptos para Ámsterdam.
Son el delantero ucraniano Yaremchuk (que ya marcó en la ida y celebró el gol mostrando el símbolo de su país, un día antes de estallar la guerra), el central argentino Otamendi y el lateral brasileño Gilberto.
Los dos últimos apuntan al once titular y el ucraniano podría ser una opción si Veríssimo no apuesta por la dupla formada por el uruguayo Darwin Núñez -'pichichi' en Portugal con 20 goles- y Gonçalo Ramos, que se ha establecido como delantera habitual de las 'águilas'.
En la defensa se espera también a Vertonghen y al español Álex Grimaldo, mientras que en el mediocampo queda la duda de si el técnico sigue apostando por el marroquí Taarabt, a pesar de que en el último partido de Liga crucificó al equipo con su expulsión a los siete minutos.