La Copa Davis más abierta, sin favorito claro, con raquetas de relumbrón y también bajas significadas, irrumpe de nuevo en el calendario tras el parón provocado por la pandemia, con público de nuevo en las gradas de Madrid, centro del evento, y Turín, una de las subsedes, pero sin espectadores en la otra, en Innsbruck, sometida otra vez por el crecimiento de la covid en Austria.