Tenía la misma seriedad y sobriedad para expresarse y para atajar que se le ve hoy en día. David Ospina apenas acumulaba 16 calendarios, pero ya asomaba el talento y el profesionalismo que actualmente, con 33 años encima, lo tienen como el jugador que más partidos contabiliza con la selección Colombia, 118 en total.
‘El joven seguridad’, como lo llamamos en una nota publicada en EL HERALDO en abril de 2005, durante el cubrimiento del Torneo Sudamericano Sub-17 en Venezuela, su primer desafío internacional con el buzo de un combinado patrio, es ahora un señor arquero. Un arquerazo que ya disputó dos mundiales de mayores con Colombia (Brasil-2014 y Rusia 2018) y va por el tercero, lo cual lo encumbraría sin discusión como el mejor guardameta de la historia del país.
Este calificativo, que lo pone por encima de Efraín ‘el Caimán’ Sánchez, Pedro Zape, René Higuita, Farid Mondragón, Miguel Calero y Óscar Córdoba, otros legendarios cancerberos colombianos, empezó a repetirse y a debatirse luego de sus colosales atajadas en los empates 0-0 ante Uruguay, en Montevideo, y frente a Brasil, en Barranquilla, en la Eliminatoria al Mundial Catar-2022.
Ospina blindó su portería y frustró a Diego Godín, Luis Suárez, Édinson Cavani, Federico Valverde, Neymar, Paquetá, Raphinha y Antony. Sin sus providenciales intervenciones, difícilmente se hubiesen sumado esos puntazos y Catar estaría más lejos.
Hasta Tite, el técnico de Brasil, y Patricio Loustau, árbitro argentino, se acercaron a felicitarlo al final del 0-0 entre Colombia y ‘la Canarinha’. El golero del Napoli de Italia despertó la admiración de propios y foráneos.