Paraguay, ausente de un Mundial desde el sudafricano de 2010, recibe este jueves a Argentina con la necesidad de sumar millas hacía Catar y la premisa de contener a Lionel Messi para desarmar a la segunda selección mejor clasificada en la eliminatoria sudamericana.
Los guaraníes están sextos, con once puntos y dos encuentros ganados, ambos contra Venezuela, última selección de la tabla, mientras que Argentina acumula 18, seis menos que Brasil, que como la Albiceleste tiene un partido menos.
El factor Messi estuvo presente en la conferencia de prensa del martes del seleccionador de Paraguay, Eduardo Berizzo, quien se acogió a la receta de presionar a los abastecedores de balón del astro para anular su peligro de gol.
El técnico anticipó un juego vertical, de control de la pelota y rápido en ataque, pero blindando el área local.
Berizzo apuntó como una de las claves a su centro del campo, sin descartar que Miguel Almirón se una a esa posición en función del transcurso del duelo.
Ángel Romero acompañaría en la delantera a Almirón, que se perdió los dos últimos partidos de la Albirroja por la negativa a cederlo de su equipo, el inglés Newcastle.
La selección se someterá hoy a un ejercicio táctico que definirá el once que saldrá al Defensores del Chaco, con todas las entradas habilitadas al público ya agotadas.
Los argentinos llegan esta tarde noche a Asunción después del primer entrenamiento el martes con el plantel completo, una vez llegados al país los tres futbolistas del París Saint Germain: Messi, Ángel Di María y Leandro Paredes.
Entre las novedades el centrocampista del Bayer Leverkusen Exequiel Palacios, que realizó la práctica aparentemente superada de la lesión en el tobillo sufrida hace dos semanas.
El técnico Lionel Scaloni ha citado también al recuperado Paulo Dybala junto a Esteban Andrada y Lucas Alario, fuera de los últimos partidos.
Tras el choque Paraguay se desplazará a territorio rival para enfrentar a Chile y Bolivia, en una triple fecha que Argentina culminará en casa, contra Uruguay y Perú.