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Un Cristiano Ronaldo de récord, que se convirtió en el máximo goleador de selecciones de la historia del fútbol, salvó este miércoles a Portugal (2-1) en los últimos minutos de partido ante Irlanda, que sorprendió a los lusos y plantó cara hasta el final.

El encuentro que empezaba a acercarse a la tragedia para Portugal, después de que los irlandeses se adelantasen al filo del descanso en un córner, acabó convirtiéndose en una fiesta para los lusos con dos goles de Cristiano, otra vez héroe nacional.

El de Madeira igualó el marcador en el 89 de cabeza y en el último minuto, cuando su equipo buscaba el triunfo a la desesperada, se sacó otro testarazo para firmar una remontada que deja a Portugal primero de grupo en el camino a Catar.

A pesar de que la victoria se hizo de rogar, la noche era propicia para el grupo de Fernando Santos, que jugaba en casa ante un rival teóricamente más débil y con un Cristiano hambriento por batir récords.

La expectativa era grande en torno al reciente fichaje del Manchester United, que jugó su partido número 180 e igualó a Sergio Ramos como el jugador europeo con más encuentros como internacional.

Pero Cristiano quería más, y después de igualar los 109 goles del iraní Ali Daei durante la pasada Eurocopa estaba a sólo uno de ser el máximo goleador de selecciones de toda la historia del fútbol en solitario.

Al final marcó dos, a pesar de que costó, y eso que las oportunidades llegaron pronto.

En el minuto 10, Bruno Fernandes cayó en el área y, tras varios minutos de espera en los que el árbitro esloveno Jug volvió a ver una y otra vez la jugada en la pantalla del VAR, finalmente señaló penalti.

Cristiano ya tenía en balón en las manos, lo colocó en los 11 metros y tiró, pero se encontró bajo palos con Gavin Bazunu, que lo paró y dejó al portugués sin premio.

El lance cayó como un mazazo en el Estadio del Algarve, donde el delantero de Madeira no volvió a aparecer en toda la primera parte e Irlanda fue creando cada vez más peligro hasta que terminó de aguar la fiesta a Portugal al filo del descanso.

En un córner en el 45, Egan, del Sheffield United, batió a Rui Patricio de cabeza y puso por delante a su equipo ante unas atónitas 'quinas'.

En Portugal el único que consiguió amenazar el área irlandesa antes del descanso fue Diogo Jota, que llegó a poner en apuros a Bazunu pero sin conseguir el gol.

El descanso revitalizó a los lusos, que salieron con más fuerza en la segunda parte y con un Cristiano más activo en la búsqueda del gol.

El capitán de Portugal arreó un zapatazo en el 68 que se estrelló en la defensa y Bernardo Silva la tuvo varias veces, con una ocasión clarísima que falló solo en la frontal del área.

Irlanda fue aguantando las embestidas de un rival cada vez más desesperado que veía pasar los minutos y no encontraba huecos para llegar a las redes... hasta que lo hizo el de siempre.

En el 89, cuando ya se mascaba la tragedia, Gonçalo Guedes, que no llevaba ni 10 minutos sobre el césped, puso un centro al área y Cristiano se elevó con un cabezazo imparable con el que hizo historia.

Pero al delantero luso le quedaba otro cartucho y, aupado por la insistencia de su equipo, consiguió la remontada con otro testarazo en el último minuto.

Portugal lidera el grupo A con 10 puntos y saca una ventaja de 3 a Serbia, que, no obstante, tiene dos partidos menos.

La derrota deja desahuciada a Irlanda, que en tres partidos todavía no ha conseguido puntuar.