Los dos nombres propios del mundo futbolístico de este domingo estaban en el estadio Auguste Delaune de Reims: Kylian Mbappé y Leo Messi. El primero por su posible fichaje por el Real Madrid y el segundo, por su debut con los colores del París Saint-Germain (PSG) después de casi dos décadas en el Barcelona.
El prodigio de Bondy demostró que sigue presente en el PSG, anotando dos goles y derrochando energía. El astro argentino dio sus primeros pases y arrancadas, aunque todavía se nota que le falta forma física y acoplamiento con sus nuevos colegas.
Silbado hace dos semanas en el Parque de los Príncipes, este domingo Mbappé fue recibido con frialdad que no tardó en convertir en aplausos. Dos goles -uno a pase de Di María, otro de Achraf Hakimi-, cinco remates, seis duelos individuales vencidos de 11.
Terminó saludando a Thierry Henry, actual comentarista de la televisión francesa, y agradeciendo la presencia a los cientos de hinchas del PSG que se habían desplazado a Reims.
Los registros de Mbappé en el PSG son impresionantes: en sus cuatro años en París, ya suma la asombrosa cifra de 135 goles en 175 encuentros.
Messi por fin debutaba. Empezó a calentar en el 57 y 9 minutos más tarde, en el 66, ingresó por el brasileño Neymar. Los cánticos de 'Messi, Messi, Messi' unían a las dos hinchadas, algo poco común.
Dio 21 pases, con una tasa de acierto del 95,24 %, y sufrió tres faltas. Buscó a Mbappé en una jugada en la que trazó una diagonal que no acabó en gol por la intervención de la defensa. Su mejor acción.
Terminó el partido ovacionado y haciéndose un selfi con el hijo del portero del Reims, Rajkovic.