La Vuelta 2021 se toma su descanso en Almería reflexionando sobre lo que ha pasado en la llamada primera semana de carrera, nueve etapas tras la cuales destaca el poderío de Primoz Roglic, la ilusión desatada por Enric Mas y la necesidad en la que se encuentra Egan Bernal, y lo que puede deparar lo que queda de camino entre las catedrales de Burgos y Santiago de Compostela.
Lanzó la Vuelta en Burgos una crono que destapó la intenciones Roglic por encadenar un triplete de rojo, la frenó un tanto la falta de viento camino de Andalucía en jornadas aderezadas con interesantes sprints y explosivos repechos y remató la primera semana un etapa ‘tour’ con final en el impresionante Velefique.
Sin duda lo mejor fue esa última jornada con final en el ‘Stelvio de Almería’, aderezado con otro tremendo puerto, el Collado Venta Luisa, 29 interminables kilómetros hacia el cielo envueltos en el calor que desprende el desierto de Tabernas.
Tras el recital de Damiano Caruso, un relevo de Mikel Landa que acaba mejorando al alavés, emergió la figura más agresiva de Mas para teñir la carrera de un azul Movistar que contraponer al sólido rojo de Roglic. Con quien se marchó el balear para, en buena sintonía, dinamitar la carrera.
A Mas se le esperaba desde 2018, desde que en Andorra lamentase no haber ido a por Simón Yates para intentar ganar la Vuelta. Fue segundo y no volvió a emitir aquellas sensaciones.
El que más las echaba de menos era él, que el domingo se atrevió y tuvo como premio concitar las esperanzas de un ciclismo español huérfano de ‘vueltómanos’ -los corredores que adora- tras la retirada de Alberto Contador.
Habrá que ver qué depara lo que queda, pero Mas se perfila el más serio candidato al segundo escalón del podio a 28 segundos de un Roglic intratable y al que el propio Mas admitió 'no' haber llegado a haberle puesto en problemas.
Roglic dio el primer zarpazo en Burgos, aguantó con el resto el viento de cara en Picón Blanco, apareció en la Montaña de Cullera para limar unos segundos y la bonificación, permitió la fuga hacia el Balcón de Alicante y estuvo dominador en Velefique.
Perfecto el esloveno. Aunque también es verdad que sus triunfos merecidos no excluyeron dosis de sufrimiento final. En 2019 ante el emergente Tadej Pogacar y en 2020 frente a Richard Carapaz.
¿Quién podría ponerle este año en apuros? La lógica dice que Mas, aunque habría que pensar más en el Movistar, que tiene a Miguel Ángel López también amenazante en la tercera plaza, a 1.21. Una opción táctica a aprovechar y más teniendo en cuenta el carácter ofensivo y la valentía de ‘Supermán’.
Menos opciones se le da ya al equipo que apareció en Burgos como el más poderoso y con mayor capacidad de maniobra: el Ineos. Pero al equipo británico se le cayó rápido Carapaz, muy desgastado tras Tour y los JJOO, y no parece tener en buena condición a Bernal, entre los mejores pero sin protagonismo hasta Velefique, donde cedió.
Quinto en la general y a 1.52 de Roglic, el sueño de ‘El cóndor de Zipaquirá’ de ganar las tres grandes parece que deberá esperar. Es mucho tiempo el cedido en una carrera como la Vuelta y además las sensaciones que emite Bernal no son las mejores.
De hecho, se le ve incluso por detrás de Adam Yates, el compañero que lleva todo el año preparando la Vuelta y que ya ha tensado más de una vez al grupo de favoritos.
No está en su mejor momento Bernal, ya muy obligado para lo que queda de carrera. Lo que contrasta con el pletórico estado de forma de Roglic, fiable como siempre, y las buenas prestaciones de Mas, ilusionado quizás como nunca.
Conclusiones de la Vuelta al final de la primera semana. Pero quedan dos y todo puede dar un vuelco. No en vano aún esperan el Pico Villuercas, los Lagos de Covadonga y el Gamoniteiru. Mucho camino hacia Santiago.