Atlético Mineiro avanzó este martes a cuartos de final de la Copa Libertadores al eliminar por 3-1 en la definición por penaltis a Boca Juniors tras empatar 0-0 en el partido de vuelta en el estadio Mineirao de Belo Horizonte.
El Mineiro, uno de los mejores clubes en la fase de grupos y que había conseguido un empate 0-0 la semana pasada en su visita a Boca en la Bombonera, avanzó gracias a los penaltis anotados por Nacho Fernández, Júnior Alonso y Éverson, mientras que Hyoran y Hulk desperdiciaron sus cobros.
Por Boca Juniors solo anotó Rojo, pues fallaron Villa, Rolón e Izquierdoz.
Tras avanzar en los penaltis este martes tras un disputado partido en el que el VAR, como había ocurrido en el partido de ida, le anuló un gol al equipo argentino, el Mineiro se medirá en cuartos de final al vencedor del duelo entre los argentinos River Plate y Argentinos Juniors.
El Mineiro comenzó presionando desde el pitido inicial en un intento de abrir el marcador prematuramente y en el primer minuto el lateral Dodó tuvo la primera oportunidad al recibir un balón fuera del área pero Agustín Rossi contuvo su disparo sin fuerza.
Dos minutos después del centrocampista argentino Matías Zaracho impulsó un contragolpe y superó dos zagueros de Boca, pero falló en el cara a cara con Rossi, en la que fue la jugada mas peligrosa de los locales en el primer tiempo.
El conjunto de Belo Horizonte dominó el primer tiempo pero sin generar peligro, mientras que el porteño insistió en los contragolpes, con lo que se mostró más peligroso, con finalizaciones de Cristian Pavón, Sebastián Villa y Norberto Briasco que convirtieron al portero Éverson en importante protagonista.
Por los locales, el venezolano Jefferson Savarino por poco abre el marcador a los 32 minutos tras recibir un lanzamiento desde lejos e invadir el área, pero su cruce pasó lejos de la portería de Rossi y la jugada terminó invalidada por fuera de lugar.
El argentino Nacho Fernández se convirtió en el principal protagonista del Mineiro en los últimos minutos del primer tiempo, tanto en la creación como en las finalizaciones, pero también falló en la puntería.
El segundo tiempo comenzó muy truncado, con repetidas faltas de ambos lados, reclamaciones, presiones sobre el árbitro, un clima de tensión y poco fútbol.
El ambiente terminó complicándose aún más en el minuto 63 cuando Weigandt aprovechó una falla del portero Éverson tras el cobro de un tiro libre y abrió el marcador.
Pero la anotación fue anulada por fuera de lugar de González luego de que el árbitro consultara al VAR, lo que generó el enojo de titulares y suplentes de Boca, que intentaron presionar al referí cuando consultaba la cabina, y una reacción de los brasileños, que intentaron alejar a los argentinos.
El ambiente de confusión tuvo origen en el partido de ida, en el que el VAR también anuló un gol que le hubiera dado la victoria al xeneize, en una decisión controvertida que obligó a la Conmebol a sancionar al equipo arbitral.
La confusión en el partido de vuelta le costó la expulsión de un miembro de la comisión técnica de cada lado.
Tras varios minutos de interrupción, el partido prosiguió con ambos clubes turnándose en el ataque, principalmente con largos lanzamientos y contragolpes, pero sin jugadas de peligro.
El técnico de Boca, Miguel Ángel Russo, en una apuesta por administrar el empate sin goles y forzar los penaltis, sacrificó a Riasco para la entrada de Orsini.
Por su parte, el entrenador del Mineiro, Cuca, introdujo varios cambios para darle más poder ofensivo a su equipo comenzando por la entrada del atacante Sasha, que permitieron a los locales mantener la presión pero sin generar peligro.
En los últimos minutos los estrategas, pensando más en la definición por penaltis, hicieron varios cambios que no alteraron un partido que tuvo nueve minutos de reposición.