El Sevilla ganó por 2-1 al Granada y no se rinde en su sueño por pelear por el título de Liga, tras ser muy superior a un rival al que frena en sus aspiraciones de repetir en Europa y quedarse a tres puntos del Atlético, con un partido menos, y a uno de Real Madrid y Barcelona, éste también con un encuentro pendiente.
Tras un gol sobre el primer cuarto de hora del croata Ivan Rakitic, de penalti, los sevillistas dominaron a un Granada al que nunca le dio ninguna opción en un partido que controlaron siempre y aumentaron su renta con el 2-0 del argentino Lucas Ocampos a los 53 minutos, luego recortado sin éxito por Roberto Soldado, de penalti, en el 90.
Con el Sevilla metido en la pelea por el título y el Granada apurando sus opciones de repetir presencia europea, el técnico local, Julen Lopetegui, sorprendió con el croata Rakitic junto al argentino Papu Gómez en la medular, por un fijo en el once como Joan Jordán, y el neerlandés Luuk de Jong arriba en detrimento del marroquí En-Nesyri, autor de dos goles en las dos últimas jornadas.
En el Granada, Diego Martínez, con la baja de última hora del lesionado Vallejo, apostó por una zaga de tres y dos carrileros con Víctor Díaz, el argentino Nehuén Pérez y Carlos Neva como novedades junto a Foulquier y Germán; la vuelta del galo Gonalons a la media con el venezolano Yangel Herrera; el brasileño Kenedy y Antonio Puertas en las bandas; y el colombiano Luis Javier Suárez en punta.
El choque comenzó con una presión alta del Granada, aunque poco a poco el Sevilla se hizo con el control y se mostró muy superior a su rival, que fue perdiendo gas con el paso de los minutos.
Tras avisar el Papu con un tiro alto, el argentino Marcos Acuña mandó un buen balón en largo a su compatriota Lucas Ocampos, que controló a la perfección y cedió atrás al Papu Gómez, quien fue derribado en el área por el exsevillista Gonalons, un penalti que Rakitic transformó en el 1-0 sobre el primer cuarto de hora.
A partir de ahí, el conjunto hispalense continuó con su dominio e incluso lo acrecentó ante un Granada errático, muy exigido por la presión y el fútbol ambicioso del Sevilla, con lo que fue incapaz de generar ningún peligro en el área del meta marroquí Bono.
El equipo de Lopetegui siguió a lo suyo, controlando sin pasar ningún tipo de apuro ante un cuadro granadino perdido e impotente, que se vio dominado, con lo que los hispalenses, con un juego de toque y dominador, pudieron ampliar su renta en el ecuador de la primera mitad con un cabezazo de De Jong que salió fuera por poco.
En la reanudación, Martínez buscó la reacción con la entrada de Quini y el venezolano Darwin Machís por el central Nehuén y Kenedy, intermitente y que no terminó de explotar en ninguno de sus intentos, pero el Sevilla se mostró firme y siguió mandando, sin tener que hacer frente a ninguna ocasión clara de gol de su rival.
La segunda mitad tuvo poca historia, continuó el mismo guión de dominio pleno del cuadro sevillista, que, a los 8 minutos de este periodo, amplió su renta y prácticamente sentenció el choque en un despiste del Granada en un saque de banda que llegó al Papu Gómez, muy activo e incisivo, para que cediera el balón atrás a Ocampos.
Esta conexión argentina le dio sus frutos al Sevilla, pues Ocampos, en el área grande, disparó con el alma y batió a Rui Silva para hacer el 2-0 y refrendar el absoluto control de su equipo ante un Granada que lo intentó, pero que todo su esfuerzo se le fue para intentar neutralizar a un conjunto nervionense que no le dio ninguna opción.
Sin ocasiones claras para el Granada, que quemó sus naves con la entrada al campo de Montoro y Soldado por Gonalons y Suárez, y luego de otro veterano, Jorge Molina, por el lesionado Carlos Neva, el conjunto del barrio de Nervión no perdió el control y evitó cualquier aproximación con peligro de los rojiblancos.
Aún así, en la recta final y con los granadinistas volcados para intentar acortar distancias y darle un giro al partido, Roberto Soldado cabeceó uno de los varios centros al área de su equipo, la mayor parte de las veces a la desesperada, y el balón le dio en el codo a Acuña, ante lo que el árbitro señaló penalti tras ser avisado por el VAR.
Lo convirtió en el 2-1 Soldado, en el 90, pero los locales aguantaron en los cuatro minutos de un alargue con más suspense del previsto después de que el árbitro pitara el final al tercer minuto y, tras ser avisado de que quedaba uno más, ordenara completar todo el tiempo, sin que ello pusiera en peligro un triunfo de mucho valor para un sólido Sevilla.