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El inolvidable Chelsea-Barcelona de 2009, que acabó con el gol ‘in extremis’ de Andrés Iniesta que dio a los catalanes el pase a la final de la Liga de Campeones, dejó un regusto mucho más amargo en el vestuario británico, donde se desató el 'caos', según recuerda su exjugador John Obi Mikel.

En una entrevista con ‘The Athletic’, el nigeriano rememora que la ira hacia el árbitro Tom Henning Ovrebo, al que el Chelsea acusaba de haber ignorado cuatro penaltis, provocó 'el caos en el túnel y los vestuarios después'.

'Las botellas y otras cosas volaban por todas partes. Se rompieron mesas. Todo el mundo gritaba y chillaba', recuerda Obi Mikel, que insiste en aquel exitoso Chelsea perder 'no era en absoluto aceptable'.