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Gareth Bale hizo un doblete y asistió en la victoria del Tottenham Hotspur ante el Burnley (4-0), confirmando que el galés vive su momento más dulce desde que llegó al conjunto inglés cedido desde el Real Madrid.

No tardó dos minutos Bale en ver puerta en lo que se preveía como un duelo cerrado ante los ‘Clarets’, uno de los equipos más ‘amarrateguis’ de la Premier League. Pero con apenas un minuto en el electrónico, Heung-min Son centró desde la derecha, Bale se adelantó a los centrales y puso la punta del pie para batir a Nick Pope.

El cedido por el Real Madrid hacía su tercer gol en los últimos cuatro partidos y continuaba con la buena inercia de la semana después de haber marcado el jueves en Europa League ante el Wolfsberger.

Tan bien está Bale que unos minutos después tuvo la confianza para hacer un pase desde su campo buscando la carrera de Harry Kane, que dejó solo al delantero para definir, con algo de fortuna, ante el portero.

Las apariciones de Bale dejaban el partido en bandeja a un Tottenham que antes del descanso puso el tercero cuando Moura cazó de volea un centro de Sergio Reguilón.

Aunque a Mourinho ya se le pasaba por la cabeza sustituirle, para no cargarle de minutos que supusieran alguna lesión, a Bale aún le quedaban cosas por demostrar.

En un contraataque conducido por Son, el coreano vio desmarcado al galés, le cedió la pelota y este controló y la puso al palo largo, tocando madera, completando su doblete y sumando su cuarto gol en cuatro partidos.

Bale, que se fue sustituido a los 70 minutos por Erik Lamela, firmó su primer doblete desde septiembre de 2019 y vive su mejor momento desde que abandonase Madrid para unirse al equipo de José Mourinho.

Los Spurs son octavos, con 39 puntos, a cuatro de las posiciones europeas y a seis de la Liga de Campeones.