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El Liverpool se despidió este sábado definitivamente de la Premier League al perder un partido que iba ganando y en el que seis minutos fatales, en los que recibieron tres goles, sepultaron sus opciones ante un Leicester lanzado a por la Champions League (3-1).

Los 'Reds', que se habían adelantado tras un gran gol de Mohamed Salah en la segunda parte, ya habían coqueteado con el peligro y Jamie Vardy había fallado dos manos a manos en la primera parte, uno de ellos estrellándolo en el larguero.

Pero el desastre para los de Jürgen Klopp llegó en dos minutos fatídicos para ellos. Primero una falta fuera del área que el VAR revisó que no fuera dentro. James Maddison la botó y se fue directamente para dentro, sin que nadie llegar a tocarla.

El tanto mató al Liverpool, que un minuto después vio cómo el debutante Ozan Kabak y Alisson se hacían un lío terrible al intentar cortar un balón en largo del Liverpool, dejando a Vardy sin portero para que marcar a portería vacía.

Para rematar la faena, Harvey Barnes hizo al contraataque el tercero, dilapidando las opciones del Liverpool de reengancharse a la pelea por la Premier. En total, en seis minutos le cayeron tres goles a los de Klopp que les deja a 10 puntos del Manchester City con dos partidos más.

A cambio, el Leicester sube hasta la segunda posición, donde se coloca con 46 unidades, a cuatro del City, pero con dos partidos más.

Es la tercera derrota seguida del Liverpool, que llegaba tras no jugar en la FA Cup, en la que están eliminados. Los de Klopp han perdido cuatro de los seis últimos encuentros y llevan tres victorias en los últimos once partidos.