Los Tigres de la UANL, con goles del defensa Hugo Ayala y el francés André-Pierre Gignac, remontaron uno en contra y consiguieron su primer título de la Liga de Campeones de la Concacaf al vencer este martes en la final por 2-1 a LAFC.
Después que el joven delantero uruguayo Diego Rossi había marcado el 0-1 al minutos 61, los Tigres comenzaron a jugar su mejor fútbol y consiguieron una merecida victoria ante el equipo angelino de la Liga Profesional de Fútbol (MLS), que había sido el verdugo de los equipos mexicanos tras eliminar al León, Cruz Azul y América.
Sin embargo, al final no pudo acabar con el maleficio del dominio de los equipos mexicanos en las finales de la Liga de Campeones de la Concacaf y LAFC se convirtió en el cuarto de la MLS que pierde la final ante un rival mexicano.
Los anteriores equipos de la MLS que perdieron las finales fueron el Real Salt Lake, el Montreal Impact y el Toronto FC.
Mientras que los Tigres, que disputaban su cuarta final en las últimas cinco ediciones, si acabaron con el maleficio de no haber conseguido el título después de haber perdido las tres anteriores.
Ahora su triunfo les permite entrar en la lista de los campeones y que la hegemonía del fútbol mexicano se mantenga en el máximo torneo de clubes de la Concacaf con 12 títulos consecutivos desde que se estableció la nueva era de la Liga, en el 2008.
Después de una primera parte en la que ninguno de los dos equipos crearon ocasiones claras de gol, el 0-0 en el marcador fue el mejor reflejo de lo sucedido en el terreno de juego del Exploria Stadium, de Orlando, la segunda no mejoró en cuanto a la calidad futbolística, pero al menos llegaron los goles.
Aunque LAFC pensó que deberían haber tenido un tiro penal en el minuto 17, pero el árbitro guatemalteco Mario Escobar no obedeció sus gritos luego de que Latif Blessing cayera dentro del área de los Tigres en lo que pareció ser un contacto con el defensa Luis Rodríguez, mientras perseguía un pase que le hizo Rossi.
Precisamente nada cambió en el juego monótono de ambos equipos en el centro del campo al comienzo de la segunda parte, hasta que llegó el primer gol marcado por Rossi, que sirvió como el revulsivo que necesitaron los Tigres para que comenzasen no solo a mantener el control del balón sino también a generar más peligro sobre el marco defendido por el holandés Kenneth Vermeer, que fue el mejor de su equipo.
El gol del empate llegaría al minuto 72 cuando Ayala subió a rematar el saque de esquina que hizo Nicolás López y superó a toda la defensa de LAFC para marcar de cabeza.
Todo volvía a ser como el comienzo, pero ahora con mejor juego ofensivo por parte de los Tigres, que se dieron cuenta que les quedaba poco tiempo para cambiar la historia del partido y de su propia trayectoria y legado en la competición.
Eso lo entendió mejor que nadie Gignac, el hombre gol de los felinos, quien recibió un balón de oro de Rodríguez para desde fuera del área rematar por bajo, perfecto y batir al arquero Vermeer.
Rodríguez fue, sin discusión, el gran protagonista de la jugada del gol de los Tigres, que dejó a Gignac con el sexto del torneo, y el que valió un título histórico para el equipo regiomontano.
El gol de los Tigres cayó como un jarro de agua fría en el ánimo del equipo angelino, que esta vez no pudieron tener al mexicano Carlos Vela como su salvador, al estar siempre muy bien marcado por la defensa de los Tigres.
El veterano entrenador brasileño Ricardo 'Tuca' Ferretti, responsable de los Tigres, con los cinco cambios que hizo, le ganó también la partida a Bob Bradley, responsable técnico de LAFC, y el esperado y ansiado título de la Liga de Campeones de la Concacaf sigue sin salir de territorio mexicano.