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La primera parte de la Liga Profesional de Béisbol en Colombia es historia. Después de siete juegos por novena (debieron ser ocho pero una jornada fue suspendida por lluvia), los Vaqueros de Montería dominan a placer el certamen. Aún nada está dicho. La campaña recién enciende motores, y tanto bateadores como lanzadores realizan los ajustes para buscar mejorar los números.

En el béisbol no es quien mejor comience, sino quien mantenga una regularidad y aproveche los momentos cumbre de la temporada. 

Vaqueros inició caliente. El equipo de Ozney Guillén suma seis victorias y una derrota, para ser líderes en solitario. El poder que ha desplegado Vaqueros en la caja de bateo, más un cuerpo de lanzadores sólido, ha formado una alineación que hasta el momento pinta como favorita. 

Peloteros como Rubí Silva, Jordan Díaz, Elier Hernández y Meibrys Viloria constituyen un lineup poderoso en la LPB. 

Los cordobeses cuentan con tres jonrones en la competencia, líderes del rentado. Además, uno de esos con bases llenas. 

Detrás marcha Tigres. La novena de Cartagena, con 4-3, ha desplegado un destacado cuerpo de lanzadores, sobre todo en el bullpen. 

Dos de las tres derrotas de los cartageneros llegaron cuando el bateo fue blanqueado. Sus lanzadores solo permitieron más de cuatro carreras en un juego. Si contaran con más apoyo ofensivo, los resultados mejorarían. 

Ronaldo Hernández, de Tampa Bay, y Carlos Martínez, son los llamados a producir por los felinos.

Caimanes de Barranquilla sigue en la tercera casilla con récord de 3-4. La novena reptil ha sido inconsistente y necesita más de jugadores como Dilson Herrera, Luis Escobar y Harold Ramírez, todos con experiencia en Grandes Ligas. 

El pitcheo abridor también debe enderezar. Los tres triunfos llegaron cuando el cuerpo de lanzadores permitió tres o menos carreras. El camino es largo y el talento está como para que los reptiles ajusten y retomen la consistencia. 

Gigantes cierra la tabla de posiciones en una temporada difícil. La esencia del equipo recae en el pitcheo y la agresividad en las bases. Los lanzadores han tolerado diez o más carreras en tres juegos y la ofensiva ha sido nula. De no llegar a elevar medianamente los números, la temporada se hará larga. 

Los forajidos Vaqueros de Montería pegan en la punta, pero, como es conocido en la pelota, el calendario apenas madura y el rancho aún no arde. Ninguno debe cantar victoria.