El Villarreal, con Carlos Bacca jugando a partir del minuto 89 (un minuto de tiempo reglamentario y cinco de adición), ganó con solvencia a un Valencia sin alma en un partido de claro dominio local en el primer periodo, que en la segunda parte se niveló ligeramente, pero que siempre se jugó al ritmo que marcaron los hombres de Javi Calleja.
El Villarreal, con más entidad que el Valencia, impuso su ley desde el principio a base de buen fútbol e intensidad en todas sus acciones frente a un Valencia indolente, sin juego y sin llegada.
El buen hacer de Cazorla y el remate de Alcácer y Gerard pudieron con el fútbol de Parejo y la falta de remate de los atacante forasteros.
Fruto de esta dinámica fue el 1-0 marcado por Paco Alcácer antes del cuarto de hora en una gran jugada, en la que también hubo pasividad en la defensa local.
No reaccionó el Valencia. Gerard envió un balón al poste de la meta de Cillessen en una fase del encuentro en la que el equipo de Javi Calleja campaba a sus anchas, con posesiones largas de balón y sin permitir que los del Albert Celades se acercaran a la meta de un inédito Asenjo.
Tras alguna otra aproximación peligrosa de los locales, el Valencia perdió a Gayà por lesión y un balón de Asenjo, magistralmente prolongado por Cazorla, supuso el 2-0 tras un trallazo de Gerard Moreno al filo del descanso.
El partido llegó a su ecuador sin que el Valencia hubiera dado muestra de intimidar a un Villarreal muy suelto y en el que quedaron claras las dinámicas de uno y otro equipo: la de un sólido Villarreal y la de un espeso Valencia.
El primer disparo a puerta del Valencia llegó en la primera jugada de la reanudación por medio de Florezi, cuando Guedes ya había entrado al terreno de juego para dar algo de profundidad a su equipo.
Se pasó a jugar más cerca de la meta de Asenjo, aunque sin claridad por parte de los visitantes. La nueva dinámica daba espacios al Villarreal para salir al contragolpe.
Poco a poco, el conjunto castellonense recuperó el balón y dispuso de alguna jugada de peligro ante la meta de Cillessen. El Valencia no ofrecía una imagen tan debilitada como la de la primera mitad, pero no daba la sensación de tener argumentos para revertir el marcador.
Superado el ecuador de la segunda parte, el Villarreal se mostraba firme, sin arriesgar y con balón, lo que limitaba las opciones del Valencia a acciones esporádicas en las que apenas creaba peligro.
Se jugaba a lo que quería el conjunto castellonense, que desgastaba al Valencia al hacerle correr tras el balón a base de posesiones largas y sin que las veces en las que lo recuperaba se vislumbraran opciones de que los visitantes entraran en el encuentro con un gol que acortara distancias en el marcador.
Prueba de las diferencias entre ambos equipos está en los trece puntos de quince sumados por el Villarreal desde el parón frente a los cuatro del Valencia.