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El Departamento de Justicia de EE.UU. presentó ayer nuevas acusaciones en el escándalo de corrupción que estremeció a la Fifa, que incluye al ex copresidente de Imagina Media Audiovisual, Gerard Romy, entre una lista de 16 personas acusadas por un fiscal de Nueva York dentro de un nuevo capítulo del Fifagate.

Romy y Full Play fueron acusados además de conspiración de crimen organizado, tras una extensa investigación del Gobierno de EE.UU. y enjuiciamiento por corrupción en el fútbol organizado, que se ha extendido durante varios años.

Las acusaciones incluyen nuevos cargos contra otros acusados en este proceso judicial que aún no han podido ser extraditados, de acuerdo con el comunicado.

Una de las empresas de Imagina Media Audiovisual es ‘Mediapro’, productora y distribuidora de contenido audiovisual, que este año fue elegida por la Dimayor y la Federación Colombiana de Fútbol para operar en el VAR en nuestro país.

De acuerdo con la Fiscalía, según se establece en la acusación, los nuevos acusados usaron sus posiciones en el mundo del fútbol internacional para participar en planes que implican la solicitud, oferta, aceptación, pago y recepción de sobornos, principalmente para obtener derechos de transmisión lucrativos para varios torneos y eventos internacionales de fútbol.

De Romy, indica que era un ejecutivo de alto rango y accionista de Imagina, un conglomerado multinacional de medios privado con sede en Barcelona y filiales en todo el mundo, incluso en este país.

Igualmente, la acusación señala que Romy participó en estrategias para pagar millones de dólares a funcionarios de alto rango de la Unión de Fútbol del Caribe (CFU) y de federaciones dentro de la Unión Centroamericana de Fútbol (Uncaf), que operan bajo la Concacaf, para asegurar los derechos de transmisión de las eliminatorias mundialistas.

En relación con el esquema de CFU, Romy y sus conspiradores presuntamente acordaron pagar a Jeffrey Webb, un alto funcionario de la CFU y el presidente de Concacaf, un soborno de tres millones de dólares.

El presunto soborno fue a cambio de una parte del contrato para los derechos de comercialización de los partidos clasificatorios de la Copa Mundial de la CFU para el 2018 y 2022, de acuerdo con las autoridades.

La acusación incluye también a dos exejecutivos del conglomerado 21st Century Fox, Hernán López y Carlos Martínez, acusados de conspiración de crimen organizado, pagando sobornos a funcionarios de la Conmebol, a cambio de los derechos de transmisión de la Copa Libertadores, entre otros eventos.