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La cumbia del Checo Acosta sonó con fuerza en el estadio Centenario de Armenia. Los quindianos se pusieron de pie, bailaron la música del cantante soledeño y gritaron con fuerza: 'Colombia, Colombia, Colombia'.

El Centenario se tiñó de amarillo. Los corazones palpitaron con pasión y aliento se sintió en cada uno de los rincones del escenario, que contó con 22 mil espectadores.

Armenia no le falló a la Selección Sub-23. Banderas, pitos, tambores y todo lo alusivo a la Selección se vio en el Centenario. La emoción fue mayor cuando la Tricolor saltó al gramado de juego, las cámaras de los celulares se encendieron para captar ese momento que estaban esperando pues desde el Suramericano de 2005, este estadio no acogía a la Selección juvenil.

Todo fue alegría. La notas del himno nacional se entonaron con el alma. El sí se puede también se hizo presente. En las tribunas se vivió una verdadera fiesta.

En la cancha, Colombia puso los goles y el jolgorio fue mayor. El óle se paseó por todas las tribunas. Las jugadas de Carrascal y Benedetti pusieron de pie a todo un estadio que vibró con cada jugada del seleccionado de Arturo Reyes.

Todo fue espectáculo y Colombia prendió la fiesta en Armenia.