En Milán, el regreso de Zlatan Ibrahimovic al equipo lombardo se saldó con un triste 0-0 frente a la Sampdoria, lo que sigue alejando a los 'rossoneri' de la zona alta de la clasificación (12º con 22 puntos).
El delantero sueco jugó los últimos 35 minutos, saliendo en sustitución del polaco Krzysztof Piatek, pero el equipo entrenado por Stefano Pioli volvió a demostrar que carece de poder ofensivo (sólo 16 goles en 18 partidos del campeonato).
El veterano atacante tocó varios balones, ganó algunos duelos aéreos y aplaudió constantemente a sus compañeros para dar ánimos, pero fue evidente para todos los asistentes al partido que el flamante fichaje no puede hacerlo todo.
'Se puede ver que falta confianza y agresividad para marcar. No somos muy efectivos en el área. Hace cuatro días que estoy acá y voy a tratar de ayudar por todos los medios', declaró Ibra tras el partido.
Sobre el recibimiento que le dedicó la hinchada, el sueco respondió: 'Me emocioné mucho. Traté de seguir concentrado para marcar e ir a celebrar como un Dios ante la curva. El gol llegará en el próximo partido'.