Son genios con el balón en sus manos. Sus habilidades sobresalen en el maderamen y tienen las condiciones necesarias para pensar en el baloncesto de los Estados Unidos. Miguel Ángel Peña y Anthony Olalla son los armadores del quinteto Trotamundo que disputan el torneo ‘Viviendo un sueño’ que organiza el club Cocodrilos y que se juega en el coliseo Elías Chegwin.
Miguel Ángel, el más espigado, tiene 15 años. Era delantero y se convirtió en basquetbolista guiado por el profesor Jhon Roa, quien le vio potencial cuando estaba en el colegio.
'Comencé a los 11 años cuando en el colegio nos ponían a rotar en las actividades deportiva. Como faltaba un jugador para Juegos Intercolegiados me seleccionaron', rememora el estudiante de décimo grado del Instenalco.
Ante los Raptors, en el último juego de su equipo, Miguel Ángel fue vital confeccionando las jugadas para el apabullante triunfo 60-14.
'Por el buen dribling y los pases me convertí en armador. Juego con Trotamundo hace cuatro años. Es un equipo muy unido, nos entendemos mucho porque jugamos desde pequeños y sueño con conseguir una beca en los Estados Unidos'.
A Miguel Ángel se le han dado dos chances de ir a campamentos en EEUU, pero por cuestiones de dinero ha tenido que aplazarlas. 'Me han ofrecido, pero mi papá no ha tenido el dinero para enviarme', manifiesta el jugador barranquillero que admira al griego Giannis Antetokounmpo y quien asistió a una selección Colombia sub-13 en México donde fue subcampeón.
Desde Caracas.
Anthony Olalla llegó hace cuatro años de la capital de Venezuela. Lo que no tiene en estatura le sobra en talento. Su juego, según cuentan los rivales, los espectadores y hasta el personal de mantenimiento del coliseo Elías Chegwin, es único.
'Soy un armador, asistidor y anotador. Mi fuerte son las entradas', manifiesta Anthony, nacido el 18 de mayo de 2006.
Con 13 años cumplidos el pequeño armador juega de tú a tú con los rivales, casi todos, dos años mayor que él. Algunos, cuando ven su estatura, creen que es un jugador que no generará peligro.
'Muchos rivales, por mi tamaño, creen que no haré nada en el juego. Este año, en Semana Santa en un certamen ante un equipo de Bucaramanga, me pasó eso y les metí 27 puntos. Terminé siendo el mejor jugador del torneo', agrega Anthony, quien sueña como todos sus compañeros en llegar hasta los Estados Unidos y ser técnico biomédico como su padre.
De los jugadores de la NBA siente profunda admiración por Kyrie Irving, quien define como un gran asistidor y anotador.
'Creo que tengo un poco de su dribling. Soy una persona que trato siempre de cumplir mi palabra y no defraudar. Quisiera tener una beca en los Estados Unidos y graduarme como universitario. Me gustaría jugar en el Real Madrid de España. Es un equipo europeo que no depende de un solo jugador. Por eso los admiro', concluye.
El entrenador.
Marco Altamar es el entrenador de estos dos prospectos del baloncesto criollo. El orientador, que también trabaja con los Titanes de Barranquilla, siente grata admiración por Miguel Ángel y Anthony.
'Son destacados a nivel nacional. Tienen un baloncesto depurado, muy técnico y son niños que tienen su futuro asegurado a través del baloncesto. Ya le pueden llegar las becas universitarias. Ojalá que pisen los Estados Unidos y sería muy gratificante saber que un joven de estos consigue su título académico', expresó.