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Un cambio radical. Un antes y un después. Los skaters viven una ‘luna de miel’ en el Parque Venezuela, escenario que fue remodelado y entregado el pasado 7 de abril con un espacio diseñado específicamente para estos acróbatas en patinetas. El bowl (las pistas estilo cuencas), con similitudes al skate park Cinta Costera en Panamá, diseñado para la practica de las modalidades olímpicas street y park, evidencia la metamorfosis de una disciplina que en Barranquilla tuvo al bulevar de Simón Bolívar y el Parque Muvdi como sus principales sedes.

Ricardo Nieto, gestor del nuevo proyecto, no abandona el asombro. 'Pensé que me iba a morir sin ver algo así en mi ciudad', dice con una sonrisa mientras camina por el concreto, sin importar la asfixiante temperatura de mediodía.

A finales de los años 80 y principios de los 90, Nieto se convirtió en uno de los pioneros en la práctica del skateboard en la ciudad junto a tres compañeros más. Gracias al excelente granito pulido que tenía en ese entonces la cancha de hockey del Parque Venezuela, estos intrépidos patinadores podían exhibir sus mejores trucos. Todo era novedoso.

'El Parque Venezuela era el lugar perfecto. Lo recuerdo lleno de hojas y pepas de almendra. Nos tocaba pedirle prestado al señor de la tienda una escoba para limpiar la pista. Fuimos los primeros en llegar.

Esto se convirtió en un sitio institucional y que se mantuvo hasta el día de hoy', manifiesta Nieto a EL HERALDO, quien ya se retiró de este deporte, pero dejó como heredero a su hijo Felipe, un pequeño de 14 años que desayuna, almuerza y cena con su tabla.

El skateboarding entró en la parrilla de deportes de los Juegos Olímpicos de Tokio-2020 y eso disparó el número de participantes en la ciudad. 'Eso ha abierto una ventana grandísima. El skate es el único deporte olímpico que tendrá el patinaje porque estamos adscritos a esa disciplina. Creo que estos muchachos, ni en su más absurdo sueño, podían pensar en representar a Colombia a nivel olímpico y competir defendiendo los colores de su país ante un Ryan Schekler o un Nyjah Houston', expresa Nieto.

Medellín y Bogotá son en el país las dos ciudades con mayor cantidad y calidad de exponentes. Barranquilla, al tener este nuevo skate park, se proyecta como futura potencia y una nueva zona para albergar los campeonatos que hasta hace unos meses eran imposibles de realizar.

'En cuanto a torneos y campeonato estamos un poco en pañales en comparación con otras ciudades como Bogotá y Medellín. Lo primordial era el escenario y ya podemos gestionar. Bogotá tiene muchos espacios y también municipios como Facatativá y Fusagasugá. En Medellín, La 4 Sur, es uno de los principales lugares', concluye Nieto.

Un 4 de marzo de 2005, Felipe Nieto abrió sus ojos ante el mundo y tres años después ya estaba montando tabla. Con tan solo 10 años participó en el evento Cultura sobre ruedas en Panamá. Fue el primer niño en clasificar a las semifinales en la categoría amateur (semiprofesional). Otro de sus resultados significativos fue en el primer Panamericano que se realizó en el país (Bogotá), en 2017, donde alcanzó la medalla de bronce.

Su cabellera larga y su movilidad con la tabla, hace que no pase desapercibido entre sus mismos compañeros y entre los curiosos que se acercan a ver los malabares.

'Ya he ido a varias competencias panamericanas. He traído medallas de bronce y para lo que viene es entrenar y entrenar. Hay que meterle el diente. Yo le meto, pero hay gente que tiene en otros lugares del mundo un montón de skate parks y por eso tienen un gran nivel. Ahora ya tenemos este espacio y hay que llegar a un nivel muy alto, como una Street League, por ejemplo. La idea es superar, aparte de la persona con la que se compite, a uno mismo. Yo creo que soy un skater muy bueno. Estoy centrado en la competencia. No me pongo nervioso ', expresa.