Robert Kraft, dueño de los Patriots, acusado de solicitar prostitución

Robert Kraft, el multimillonario dueño de los New England Patriots, ganadores del Super Bowl del football americano, no recibirá un tratamiento especial, dijeron los fiscales que lo acusaron formalmente por solicitar servicios de prostitución en Florida.

El viernes pasado, la policía dijo que Kraft era uno de los 25 hombres sospechosos de haber pagado por sexo en una casa de masajes en la ciudad de Júpiter, 145 Km al norte de Miami.

El empresario de 77 años fue acusado formalmente de dos cargos por solicitar servicios sexuales, informó el fiscal del condado de Palm Beach, Dave Aronberg, en una conferencia de prensa.

Estos delitos menores de primer grado conllevan una pena de hasta un año de prisión, una multa de 5.000 dólares o servicios comunitarios.

Aronberg dijo a los periodistas que Kraft, uno de los hombres más ricos de Estados Unidos y amigo del presidente estadounidense Donald Trump, no será tratado de forma distinta que los demás acusados.

'Les puedo asegurar que nuestra oficina los trata a todos por igual, tanto si tienen mucho dinero como si son indigentes', dijo Aronberg. 'Nadie recibe una justicia especial en el condado de Palm Beach'.

También dijo que para ellos se trata de un caso de tráfico humano.

'Esto no es un asunto de hombres viejos y solitarios, ni son crímenes sin víctimas', dijo Aronberg.

En cambio, 'se trata de posibilitar que una red de criminales trafique mujeres a este país a cambio de sexo. Se trata de esclavitud moderna'.

La policía había detallado en un comunicado que Kraft fue visto entrando a la casa de masajes en dos ocasiones separadas el mes pasado, el 19 de enero y el 20 de enero, la mañana que los Patriots vencieron a los Kansas City Chiefs.

Según la acusación, el empresario, cuya fortuna se estima en 6.600 millones de dólares, mantuvo una relación sexual con una masajista de la casa de masajes Orchids of Asia Day Spa. Allí las mujeres, muchas procedentes de China con propuestas de trabajo engañosas, vivían atrapadas y eran forzadas a ofrecer servicios sexuales.