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No hubo respiro. Barranquilla estuvo al pie de la jugada. Se vivió acción y emoción deportiva de principio a fin durante el 2018. La organización de 'los mejores Juegos Centroamericanos y del Caribe de la historia', como los calificó el presidente de la Odecabe, el barbadense Steve Stoute, y los diferentes jefes de misión de los países participantes, fueron el motor y el evento central de un calendario repleto de músculo, sudor y mente sana que puso a la capital del Atlántico en boca de todo el mundo.

La ciudad reverdeció laureles deportivos y ratificó en el país, y más allá de sus fronteras, que no le queda grande la realización de competencias de gran trascendencia.

El 2018 comenzó con la disputa de dos certámenes tradicionales que siempre acompañan el amanecer de cada año en ‘la Arenosa’, el Mundial Juvenil de Tenis, en las canchas de polvo de ladrillo del Country Club, y el Torneo Asefal, en diferentes canchas de fútbol de la ciudad.

Un génesis habitual, nada extraño. Las posibilidades para empezar a romper la rutina y abrir espacio a nuevos e inolvidables eventos en la ciudad se presentaron a partir de la renovación y construcción de 11 escenarios con miras a los Juegos Centroamericanos y del Caribe.

La comodidad y calidad del estadio del Parque Distrital de Raquetas, el primero de los escenarios que se estrenó, permitió que Barranquilla, a comienzos de abril, gozara por primera vez de un duelo de Copa Davis.

El espectacular espacio, quizá el mejor de ese tipo en el país, debutó con un triunfo histórico. Explotó como el estadio Metropolitano con un gol de la Selección Colombia de fútbol, cuando el antioqueño Alejandro González derrotó a Joao Pedro Sorgi, con parciales de 6-3, 7-6 (7-0), y la delegación nuestra se impuso a Brasil 3-2 en la segunda ronda del Grupo I de la Zona Americana del tradicional torneo tenístico.

En el día del cumpleaños 205 de la capital del Atlántico, los tenistas criollos regalaron una victoria inédita ante los brasileños. Nunca antes el equipo nacional había festejado ante los hombres del país de la samba en esta competencia. En los ocho enfrentamientos anteriores, los nuestros siempre masticaron el amargo sabor de la derrota. Este año, en la tierra de la cumbia, fue muy distinto: ¡Sí, sí, Colombia! ¡Sí, sí, Caribe!... Sí se pudo.

'Barranquilla es ahora la casa de la Selección de tenis', dijo Alejandro González. 'Me quito el sombrero con Barranquilla, es única con este estadio y su gente', declaró Juan Sebastián Cabal, doblista del equipo colombiano.

Solo fue el comienzo de los elogios que le llovieron a ‘Curramba’ por su forma de acoger y apoyar los eventos deportivos.

Mientras Junior participaba en la Copa Libertadores y recibía a encopetados equipos del continente como Palmeiras y Boca Juniors, en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez, escenario ya acostumbrado a la pompa y protagonismo de grandes espectáculos futboleros, los barranquilleros veían como continuaba el desfile de figuras y la ciudad sonaba en todos lados por la apertura de sus nuevos epicentros deportivos.

El estadio Romelio Martínez se reinauguró el 28 de abril con la magia y fantasía de históricos futbolistas que tocaron la gloria y dejaron huella en las canchas más célebres del mundo como el búlgaro Hristo Stoichkov, los argentinos Juan Pablo Sorín y Fernando Cavenaghi, el brasileño Mauro Silva, el portugués Nuno Gómez, el uruguayo Álvaro ‘el Chino’ Recoba y los colombianos René Higuita, Faustino Asprilla, Freddy Rincón, Iván Valenciano y Carlos ‘El Pibe’ Valderrama, entre otros.

Un mes y tres días después de la reapertura del Romelio, más exactamente el 31 de mayo, la fiesta se trasladó al majestuoso estadio Édgar Rentería, quizá la obra reina de las justas. En el nuevo diamante brilló el más grande beisbolista de Colombia en toda su historia. Y se le quebró la voz. El hombre al que no le temblaron los brazos para batear en los momento cruciales y conquistar dos anillos de Serie Mundial en las Grandes Ligas, no pudo evitar la emoción y su típica timidez para dirigirse a las 12 mil personas que llenaron la maravillosa obra para conocerla y homenajear al exitoso expelotero que le da nombre.

Rentería estuvo acompañado por el alcalde Alejandro Char, el gobernador Eduardo Verano, una de sus dos hijas, su madre doña Visitación Erazo, el exembajador de Estados Unidos, William Brownfield; el actual embajador de ese país, Kevin Whitaker, y por los ex grandesligas Roberto Alomar, Moisés Alou y Luis Castillo.

'Me dio envidia de la buena, desearía que mi país tenga un estadio como el Édgar Rentería', declaró Alou, estadounidense de origen dominicano, haciendo referencia a la nación latinoamericana.